Belloch inaugura la rehabilitación del Seminario, con un desfase en el presupuesto y en la obras

Zaragoza.-  El Ayuntamiento de Zaragoza ha organizado hoy un multitudinario acto para inaugurar la reconversión del antiguo Seminario diocesano en un moderno centro administrativo, un proceso de rehabilitación que se inició en septiembre de 2005 y que ha concluido con diez meses de retraso y un desfase de 10 millones de euros.

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(EFE)

El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, durante una intervención.

La cita congregó a las principales autoridades de la ciudad, encabezadas por el alcalde, Juan Alberto Belloch, y por el presidente de la Comunidad autónoma, Marcelino Iglesias, y entre los que figuraban el arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, y el ex alcalde José Atarés, quienes estrenaron el espectacular salón de actos rematado por un impresionante artesonado de yeso que fue desmontado pieza a pieza para su restauración.

El proyecto de rehabilitación, realizado por el arquitecto municipal Ricardo Usón, ha supuesto una intervención en 45.000 metros cuadrados de construcción que incluyen los 20.000 metros cuadrados reformados del antiguo edificio, otros 17.000 de espacios administrativos de nueva planta y 8.000 de estacionamientos en sótanos con capacidad para 300 plazas.

La rehabilitación de este inmueble, realizado entre 1944 y 1950 y catalogado de interés arquitectónico, no ha estado exenta de polémica a raíz del derrumbe del ala este, en agosto de 2006, a consecuencia del colapso de uno de los pilares que revelaron el deteriorado estado de la estructura.

Este suceso obligó a modificar el proyecto para reforzar las estructuras, a partir de lo cual comenzaron a producirse distintos desfases en el acabado de las obras, así como presupuestarios, que ha disparado la inversión hasta los 60 millones de euros, a los que se suman otros 12 derivados del proyecto modificado para el equipamiento.

Según ha dicho Belloch durante el acto, se trata de una obra con "rasgos singulares", de gran dimensión, ya que la superficie es superior a la del Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón, "lleno de incidencias" y con un importante coste económico.

El proceso de rehabilitación se ocupó de consolidar el edificio en la fase inicial, reforzando pilares, jácenas y forjados con una estructura metálica interior. Pero sobre todo, la intervención destaca por la convivencia de los espacios antiguos con los nuevoa edificios, unos cubos de piedra y cristal que flanquean el cuerpo central del Seminario desde la nueva plaza pública orientada a Vía Hispanidad.

La fachada norte destaca por su característico rosetón gótico y se reservará para la realización de eventos de carácter institucional y protocolario, por lo que no estará abierta de manera habitual.

Una de las principales características de las plantas del edificio Seminario es la transparencia y la luminosidad, gracias a los grandes ventanales y abundante uso de cristal, así como el uso de energías renovables.

El traslado de los primeros trabajadores, funcionarios de los servicios de Planificación y Diseño Urbano, al ala occidental del Seminario, la primera en concluir, se llevó a cabo en junio del pasado año, también un año después de lo que se había previsto.

Desde mayo de este año se han incorporado los trabajadores del servicio de Licencias Urbanísticas, Patrimonio Cultural y Disciplina y la ocupación, hasta los cerca de mil funcionarios, se realizará de forma progresiva hasta septiembre.

Belloch ha destacado que el proyecto responde al objetivo del Ayuntamiento de "comprometernos más" y dar "mejor servicio" al ciudadano, pero también al avance que ha experimentado la ciudad gracias a la Exposición Internacional, que ha supuesto un "salto irreversible" y sin "vuelta atrás" que va a hacer de Zaragoza una capital "más competitiva" y "más atractiva" para las empresas.

La intervención del alcalde ha dado paso a una contundente actuación de la bailaora Maite Bajo, pareja de danza de Miguel Ángel Berna, quien interpretó la pieza "Alma de Saracusta", a la que siguieron los discursos de Monseñor Ureña y del arquitecto José María Pérez González "Peridis".