Murcia exige trasvases de agua ante la "extrema indigencia hídrica" que vive

Zaragoza.-  Murcia, que hoy celebra su Día de Honor en la Expo Internacional, ha exigido la construcción de trasvases que lleven agua desde donde sobra hasta donde falta, teniendo en cuenta que esta zona del Levante vive una "extrema indigencia hídrica", según el consejero murciano de Agricultura y Agua, Antonio Cerdá.

En su discurso oficial durante los actos con motivo del Día de Honor de Murcia en la Expo de Zaragoza, Cerdá ha explicado que, según Naciones Unidas, las regiones que cuentan con menos de 1.000 metros cúbicos de agua por habitante y año "están llamadas al subdesarrollo y a la catástrofe ecológica".

"Los recursos hídricos de la región de Murcia no llegan a alcanzar los 300 metros cúbicos", cifra que "da una visión real de la extrema indigencia hídrica que se vive en esta parte del territorio español", ha dicho el consejero, al tiempo que ha insistido en que "el agua es una necesidad y un derecho para el progreso y futuro de las regiones".

Por ello, ha señalado que Murcia reivindica "trasvases de agua desde donde sobra hacia donde falta", por un lado el del Tajo-Segura, un trasvase que "sigue vivo", y, por otro, el del Ebro, ya que el estudio del mismo "sigue siendo válido" y desde que se derogó el Plan Hidrológico Nacional que lo contemplaba "no ha habido ninguna alternativa".

Respecto a la desalación, ha dicho que es viable para "problemas puntuales" pero no para "problemas generales", ya que el coste de esta tecnología es muy alto y se convierte en una solución "inviable", por lo que ha insistido en que los trasvases son la única alternativa.

No obstante, el consejero ha reconocido que en la cuenca del Ebro "también hay problemas", ya que el agua está "mal distribuida", y en este sentido ha apostado por reordenarla y reutilizar las aguas residuales, porque "hay agua suficiente" y con estas medidas habrá más.

"Estoy convencido de que hay agua sobrante, los estudios así lo demuestran", ha sentenciado Cerdá, al tiempo que ha recordado que en la anterior legislatura el Ebro vertió al mar más de 36.000 hectómetros cúbicos y con 4.000 hectómetros se hubieran resuelto todos los problemas desde Cataluña hasta Almería.

"En materia de agua nos encontramos en una de esas crisis en las que no se percibe un horizonte nítido, un diseño claro de nuestro común futuro, de nuestros intereses y prioridades y de las alternativas que debemos movilizar para ganar el futuro", ha considerado el representante de la Región de Murcia, quien ha explicado que la ausencia del presidente, Ramón Luis Valcárcel, se ha debido a un "asunto personal importante".

Por ello, ha subrayado que "tras la convulsión política del agua en los últimos años, de las luchas y recriminaciones mutuas, de las esperanzas frustradas y los desencuentros territoriales" es hora "de afrontar el futuro inmediato con una nueva perspectiva", a través de la recuperación de la confianza mutua, hoy perdida tras una "tormentosa legislatura".

A su juicio, las soluciones al problema de la escasez del agua hay que encontrarlas en el consenso, porque en esta cuestión "no puede haber una imposición", sino que tiene que haber "una voluntad, que estemos de acuerdo y convencidos de que es bueno para todos", porque "mejorar la situación de Aragón y del Levante es mejorar España y nos vamos a beneficiar todos los españoles".

El agua "es un patrimonio social, un recurso compartido, un bien colectivo y tangible, indispensable para la vida y el desarrollo socioeconómico de un país", ha dicho Cerdá, quien ha agregado que por eso "debe ser utilizada de manera solidaria, inteligente y racional".

Precisamente, la escasez de agua que sufre Murcia "ha hecho que agudicemos el ingenio y que mimemos hasta la última gota", pero aún así esta zona "necesita de aportaciones externas, necesita de trasvases" ha insistido el consejero, porque su falta está afectando al tenido socioeconómico de la zona y ya se sufren daños ambientales de "extraordinaria gravedad" vinculados a la degradación de suelos, a la sobreexplotación de aguas subterráneas, a la desertización y a la ausencia de caudales fluviales convertidos en cauces secos.