Tras la vibrante victoria de Rafa Nadal ante Federer en la final de Wimbledon, en algunos foros de internet se ha abierto un debate sobre si el choque del domingo puede considerarse el mejor partido de la historia del tenis. Esta opinión viene avalada por algunos de los tenistas más grandes que se recuerdan. Por ejemplo, John McEnroe aseguró en la retransmisión del partido que hizo la cadena NBC que se trataba del "mejor partido de la historia". Esta afirmación gana mucha relevancia si tenemos en cuenta que procede de uno de los protagonistas del que, hasta la fecha, era considerado por muchos como el enfrentamiento más brillante: la final de Wimbledon que enfrentó al propio McEnroe y a Bjorn Borg en 1980, y que se saldó con la victoria del sueco en cinco históricos sets.
Protagonistas de un partido histórico.
Otro de los ex jugadores que elevan el partido a los cielos del tenis es el británico Tim Henman, para quien la final entre Nadal y Federer "es el mejor partido" que recuerda, según reconoce en un artículo en la BBC. "Sencillamente no sé qué más se le puede pedir a un partido de tenis", asegura. Boris Becker, por su parte, afirma en otro artículo que se trata de la mejor final que ha visto. Por su parte, 'The Times' lanzaba la siguiente pregunta: "¿Hubo alguna vez una final masculina como ésta?"
¿Crees que son merecidas todas estas alabanzas? Quienes así lo consideran argumentan que se trata del punto más álgido de la rivalidad entre dos de los mejores tenistas de la historia, los cuales representan dos estilos diferenciados de juego: la potencia contra la elegancia. Además, consideran que el partido fue muy disputado (todos los juegos se cerraron con un marcador apretado), con muchas alternativas (Federer remontó los dos sets en contra iniciales y salvó pelotas de partido) y repleto de emoción hasta la última manga (que se cerró con un agónico 9 a 7 en favor del manacorense). Por si esto fuera poco, las circunstancias en las que se desenvolvió el partido aportaron su granito de arena, puesto que hubo un par de interrupciones a causa de la lluvia, por lo que se alargó durante casi cinco horas.
Sin embargo, hay quien resta mérito a la final y cree que hubo demasiadas imperfecciones técnicas en ambos contendientes. Según esta postura, Federer cometió muchos errores no forzados cuando se jugaban las pelotas más importantes, lo que acabó decantando la balanza a favor de Nadal. Las estadísticas corroboran que, en la final, Federer cometió hasta 52 errores no forzados, mientras que en la semifinal sólo cedió 14, y en los cuartos de final cometió un total de seis. Del mismo modo, las estadísticas muestran la inseguridad del suizo en las pelotas definitivas, ya que sólo logró romper el servicio de Nadal en una ocasión, cuando contó hasta con 13 oportunidades. Estas voces, recuerdan la mencionada final de 1980 entre McEnroe y Borg y aseguran que, en aquella ocasión, apenas se produjo un solo error. Así, el partido entre Nadal y Federer puede considerarse como la final más emocionante, aunque no la mejor final de todos los tiempos.
Hasta el momento, casi con unanimidad, se había considerado la final de 1980 como el mejor partido de la historia. Mucha gente aún recuerda el épico cuarto set, que hubo de resolverse con un interminable desempate: 1-6, 7-5, 6-3, 6-7 (16-18) y 8-6. En este vídeo se aprecian algunos de los momentos más épicos de aquel duelo entre los melenudos Borg y McEnroe:
Otro de los partidos más recordados en la historia del tenis se disputó también en Wimbledon, en el año 2001. En aquella ocasión se enfrentaron Ivanisevic y Rafter. El croata acudía por invitación (o 'wild card') en la cuesta abajo de su carrera, ocupando en el puesto 125 en la clasificación ATP. Había sido finalista del torneo en tres ocasiones, pero nunca había logrado levantar el preciado galardón. Nadie contaba con él, pero se convirtió en el primer tenista en la historia de Wimbledon que, habiendo llegado con 'wild card', alcanzaba la final, imponiéndose en ella al australiano Rafter, después de un ajustado quinto set (6-3, 3-6, 6-3, 2-6 y 9-7). Aquel partido se jugó un lunes, ya que la lluvia impidió que se jugara el domingo. Mucha gente tuvo que devolver sus entradas, lo que aprovecharon infinidad de croatas y australianos, que se hicieron con sus respectivas entradas, creando una atmósfera más cercana a la de un partido de fútbol, según recordaba años más tarde el propio Ivanisevic, como puede observarse en el siguiente vídeo (en inglés).
Otro de los partidos más recordados es el que disputaron en el año 2003, en el Abierto de Australia, los tenistas Andy Roddick y El Aynaoui, que finalizó con el resultado de 6-4, 6-7, 6-4, 4-6 y 21-19. Fue el partido con el quinto set más largo (casi dos horas y media) en un Grand Slam. Algunos aficionados también recuerdan la final del Abierto de Roma entre Nadal y Federer en 2006, el partido de cuartos de final del Abierto de Estados Unidos entre Sampras y Agassi, la final de Wimbledon de 1990 entre Edberg y Becker, o la de 1977 entre Borg y Gerulaitis, entre otros muchos duelos.
¿Crees que la final de Wimbledon entre Nadal y Federer puede considerarse como el mejor partido en la historia del tenis? ¿Recuerdas otro mejor?
Y una propina impagable: el anuncio de una cadena de supermercados británica que repescó la histórica rivalidad entre Borg y McEnroe, algo entrados en años:
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a mí me encantó la final de roland garrós que ganó arantxa con 17 a steffi. eso sí que fue emocionante. +
Los mejores partidos de la historia son los protagonizados por McEnroe, aunque fueran en primera ronda y contra un Koala. El día que repartieron el carisma McEnroe se llevó la mayor parte. +
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