Más de 20.000 encierros en España se miran en San Fermín

Madrid.-  Con el chupinazo sanferminero comienza en Pamplona una semana de encierros mundialmente conocidos. Pero son sólo una ínfima parte de los cerca de 22.000 festejos taurinos que se celebran anualmente en las calles de miles de pueblos, cada vez en más, pero también con normas y requisitos más rigurosos.

Encierros, suelta de reses y vaquillas, siempre fuera de las plazas de toros, que en 2006 alcanzaron la cifra de 18.500, y que ahora ascienden a unos 22.000, según los datos de la Asociación de Corredores, Aficionados y Recortadores de Toros de España (ACARTE).

Una cifra que coincide con la del director de la revista "Bous al carrer", Alberto de Jesús, quien cree que en los últimos 15 años los festejos populares se ha cuadruplicado.

¿A qué obedece el aumento? Según Alberto de Jesús, a la difusión de los calendarios por publicaciones especializadas, la proliferación de paginas web y a la facilidad que tienen los jóvenes hoy en día para desplazarse.

Sanfermines al margen, localidades de la comunidad de Madrid, como San Sebastián de los Reyes o Navalcarnero; de Castilla y León como Cuéllar o Medina del Campo; de Castilla-La Mancha, como Guadalajara; de Extremadura como Coria; o de Navarra como Tudela, además de la Comunitat Valenciana con sus "Bous al Carrer" están a la cabeza en cuanto a la importancia de este tipo de festejos.

Fiestas populares que arrastran a miles de personas y que han dejado un balance de 22 personas muertas desde el año 2000 en toda España, según el banco de datos de la Agencia EFE.

Sólo uno de ellos murió en ese período en los Sanfermines (2003), mientras que desde el inicio de esa emblemática fiesta en 1922, han sido 14 las muertes registradas en la capital navarra.

Mozos y mozas siguen la tradición ancestral -en Cuéllar (Segovia) se encuentran documentos de hace seis siglos- de conducir hasta los corrales a la carrera por las calles a los toros que llegaban a los pueblos, conducidos generalmente por caballos.

La tradición de los caballos se conserva en algunos lugares como en Ciudad Rodrigo o San Felices de los Gallegos en Salamanca, y también otras, como la de "las espantás", cuando los ganaderos no pagaban el canon requerido por los municipios por pasar por sus territorios. Entonces los habitantes del pueblo salían a espantar al ganado, tradición convertida en fiesta en lugares como Fuentesaúco (Zamora).

RESPETO AL ANIMAL

Cada comunidad autónoma cuenta con su propia legislación que emana de una norma general del Ministerio del Interior, el Reglamento de Espectáculos Taurinos, aunque en este tema puede prevalecer un bando municipal.

La ley de Interior establece medidas médicos-sanitarias, seguridad de las instalaciones y vallados, pólizas de seguros y contratación de profesionales, así como la prohibición de actuaciones que impliquen el maltrato y sufrimiento injustificado de los animales, y que al finalizar el festejo se dé muerte a las reses sin presencia del público.

La legislación más restrictiva la tiene la Comunidad de Madrid, explica a Efe Ricardo Otero, fundador de ACARTE.

"Hay muchas reglas y restricciones y muchas sanciones, a veces por desconocimiento de las autoridades", ya que -explica Otero- "te pueden caer hasta 6.000 euros de multa por citar a un toro durante el encierro, cuando esto no está prohibido" si el toro no va a ser lidiado.

Esta es la situación mayoritaria en los encierros, donde se utilizan toros de desecho porque, o bien no hay lidia posterior, o si la hay, es con otras reses. "Excepto en Pamplona, San Sebastián de los Reyes y algunas más, las figuras del toreo se niegan a ponerse delante de los toros después de un encierro", asegura Otero.

Y esto por una simple razón, porque "cortar a los toros en la calle orienta al toro, que ya no sale totalmente virgen a la plaza para la lidia, lo que es malo para el animal y peligroso para el torero que se tiene que poner delante", explica a Efe Miguel Fernández, propietario de la ganadería de Torrenueva.

"Al toro hay que dejarle que haga su carrera y que se encierre con normalidad en la plaza. Si la gente los respeta no suele ocurrir nada", agrega el ganadero.

Angel Mayoral, que corre 30 ó 40 encierros cada año, coincide en el peligro que toma un toro si no tiene un encierro limpio, porque "se orienta de los terrenos, de los movimientos, mide más y se pone más difícil".

Sin embargo, tras un correcto encierro, "han salido toros muy buenos para la plaza -dice-. Algunos han aguantado por el encierro, porque se han descongestionado de la presión de estar en los toriles, han eliminado la tensión, se han relajado un poco".

SE REAVIVAN LOS ENCIERROS

El ganadero Miguel Fernández reconoce que la proliferación de los festejos taurinos en los últimos años es "un buen escape para los ganaderos" porque se utilizan reses que se salen de tipo de la ganadería. "Hay una diferencia morfológica en algunos casos entre nuestros toros de lidia y los otros, pero no de selección".

Se arriesga a dar cifras, que pueden oscilar entre los 1.200 euros, "lo más barato que puede haber" por un toro con dos años que la ganadería ha tentado para dejarlos como sementales y que no ha pasado la prueba, hasta los 60.000 de media, por los seis toros para un festejo importante.

Proliferación de festejos que se prohibieron en su día y que quedaron en el olvido están volviendo, según Ricardo Otero de ACARTE:"cada año hay más, con más seguridad, con más regularidad, con mayor afluencia de público, la gente quiere volver a sus tradiciones", comenta.

¿Por que se perdieron?: "porque en la Comunidad de Madrid, por ejemplo, muchos alcaldes no son del pueblo que gobiernan y no se preocupan de conservar las tradiciones. Eso sí, bien que les gusta disfrutar de las fiestas de sus localidades de origen", se lamenta Otero, un corredor experimentado pero ya retirado porque un morlaco -dice- le "sacó las tripas".

Recuperar las tradiciones sí, pero "no como se hacía antes, porque todo tiene que evolucionar, y estamos con el respeto al animal, no se pueden seguir haciendo algunas cosas de hace treinta o cuarenta años".

"Los animales, seres sensibles y sufrientes, no deben ser utilizados en espectáculos", afirma el presidente de la asociación para al Protección y el Bienestar de los animales (ANPBA), Alfonso Chillerón.