¡Viva Sebastián! ¡Todos sin corbata!

El titular de Trabajo, Celestino Corbacho, se suma al 'descorbate' del ministro de Industria, el primer miembro de un Gobierno español que pisa así el Congreso para reivindicar la necesidad de reducir las emisiones de CO₂. Da igual que haya copiado la iniciativa que el Ejecutivo nipón puso en marcha hace tres años o la de Acciona del verano pasado. Apúntate ya al club de fans anticorbata.

(EFE)

El estudiado estilo descorbatado de Sebastián.

Hay que predicar con el ejemplo, y aunque Miguel Sebastián se suba al carro tarde, a pesar de que sea un gesto publicitario, no se puede negar que cualquier iniciativa que contribuya a concienciar sobre nuestra responsabilidad medioambiental es digna de imitar. Por lo pronto, otro ministro se ha quitado la corbata hoy tras un acto público. Celestino Corbacho se alinea con su colega y asegura que él piensa dejar de usarla, incluso en el Congreso.

En realidad, no existe ninguna norma protocolaria en el Congreso de los Diputados que obligue al uso de corbata. Según fuentes de la institución se confía en el buen criterio de los políticos. De hecho, varios diputados prescinden de ella en ocasiones y a nadie le resulta chocante. Eduardo Madina, del PSOE, no es muy partidario. Tampoco Carles Campuzano, de CiU, suele ajustársela al cuello. Incluso, el siempre acicalado, Alejandro Ballesteros, del PP, se pasea de vez en cuando por los pasillos del Congreso, elegante y sin corbata. Joan Herrera, portavoz de Iniciativa per Catalunya Verds, Joan Tardá, de Esquerra Republicana, o José Antonio Labordeta -ya retirado- son habituales militantes anticorbata.

Lo que no se ha visto jamás es a ninguna señoría en pantalón corto o bañador. Imaginen por un momento a Miguel Sebastián con un moderno turbo competición de Dolce & Gabanna. Seguro que los expertos en protocolo pondrían el grito en el cielo. Javier Aguado, vicepresidente de la Asociación Española de Protocolo, quiere aclarar que no tiene intención de criticar la decisión de Sebastián pero "seguro que no le habría costado ningún trabajo ponerse la corbata. Se debe hacer uso de la vestimenta más adecuada a la institución que representa. Una cosa es que en el Ministerio se pongan en marcha unas medidas acordes a unos objetivos y otra que se respeten las normas que rigen los actos oficiales y comparecencias públicas".

Koizumi, pionero del frente anticorbata por confort, conciencia ecológica y estilo.

José Bono, famoso por cuidar al máximo su atuendo, ha chocado de bruces con el otro presumido oficial del PSOE, el ministro de Industria. Y es que Sebastián va siempre a la última en moda masculina clásica-chic. Tanto el presidente del Congreso como la mano derecha de Zapatero no se conforman con seleccionar los trajes que mejor se adaptan a su figura, también miman su piel con esmero. Su cutis destaca entre los del resto de compañeros de filas, son los chicos más atildados de la Cámara. El presidente del Gobierno luce impecable pero se nota que no tiene vocación de dandy. No hay más que fijarse en el antes y el después. Desgarbado por naturaleza, cuando era jefe de la oposición, las chaquetas nunca le encajaban. Ahora va como un pincel porque otros se ocupan de su aspecto. En cambio, tanto Bono como Sebastián se interesan personalmente por brillar, en todos los sentidos, sobre el resto.

Quizá por ese motivo, Sebastián rechazó la corbata de seda con estampado de leones que Bono le mandó con un ujier -a 35 euros la pieza y que puede adquirir en la tienda del Congreso-. No estaba a la altura del glamour que gasta. Y es que se puede ser muy verde sin renunciar al estilo. La anécdota, cargada de ironía, comenzó cuando Sebastián se quejó de que el aire acondicionado marcaba menos de 24º. Justo el tope que él mismo ha marcado para sus dominios, recogiendo la normativa que el Consejo de Ministros ya aprobó el pasado año. Y que venía precedida por la propuesta de Acciona a sus trabajadores para acudir sin corbata en verano, inspirada a su vez en la acción del gobierno nipón que opto por quitarse la chaqueta además de la corbata hace tres años, con gran escándalo de la oposición pero enorme éxito popular.