La supervivencia del sector automotor de EE.UU. depende de su capacidad para capear crisis

Toronto.-  La supervivencia en el sector del automóvil en Estados Unidos se ha convertido en una carrera maratoniana en la que la disponibilidad de dinero es crucial para resistir hasta que termine la crisis económica.

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(EFE)

Los tres grandes fabricantes de automóviles estadounidenses (General Motors, Ford y Chrysler) habían diseñado planes de reestructuración con la idea de que su supervivencia dependía básicamente de sus aciertos, o fallos, en el mercado.

Hasta principios de año, los tres grandes fabricantes de automóviles estadounidenses (General Motors, Ford y Chrysler) habían diseñado sus planes de reestructuración con la idea de que su supervivencia dependía básicamente de sus aciertos, o fallos, en el mercado.

Pero en pocos meses, la situación cambió de forma radical. La crisis económica estadounidense y la meteórica ascensión de los precios del petróleo han hecho los Tres Grandes de Detroit ya no puedan depender de sí mismos para capear el temporal.

La cuestión ya no es si las medidas puestas en vigor para reestructurar sus líneas de producción son suficientes para, primero, mejorar su competitividad frente a los fabricantes asiáticos y segundo para atraer a los consumidores a sus concesionarios.

La cuestión ahora es si cuentan con suficiente dinero -o respaldo económico- para mantener las luces encendidas hasta que el temporal, que ya tiene apariencia de huracán, haya pasado.

Hoy la firma Merrill Lynch planteó esta cuestión, con otras palabras por supuesto, a General Motors al indicar que la suspensión de pagos del mayor fabricante mundial ya no es algo descabellado ni "imposible".

El analista de Merrill Lynch John Murphy justificaba sus conclusiones al considerar que GM necesitará hasta 15.000 millones de dólares en efectivo para aguantar hasta el 2010 cuando se espera que la economía estadounidense se recupere y las ventas de automóviles vuelva a niveles más saludables.

Murphy dijo que "el principal cambio en nuestra perspectiva es una previsión mucho más baja de ventas de autos en Estados Unidos" que cifró en 14,3 millones de vehículos nuevos al año.

Ayer mismo, General Motors se había mostrado más optimista al cifrar en unos 15 millones de vehículos las cifras de ventas del sector en Estados Unidos para el 2008.

Lo que es casi más grave es que Murphy alargó la crisis del sector hasta el 2009 al afirmar que la previsión para ese año es de ventas de solo 14 millones de vehículos nuevos.

Hace unos cuantos años, General Motors no habría tenido demasiados problemas para encontrar en los mercados financieros esos 15.000 millones de dólares que va a necesitar para pagar sus facturas sin tener realmente ingresos.

Pero en la actual situación del mercado crediticio, las pésimas perspectivas de ventas y las gigantescas pérdidas de los últimos años hace la tarea realmente difícil. De ahí las preocupaciones de Merrill Lynch y otros analistas.

La advertencia de Murphy se produce una semana después de dispararse los rumores sobre Chrysler y sus supuestos planes para declararse también en suspensión de pagos.

Chrysler rápidamente desmintió los rumores, pero las cifras de ventas anunciadas ayer por el tercer fabricante estadounidense -con una caída de la demanda del 36 por ciento en junio- no son realmente tranquilizadoras.

A diferencia de GM, Chrysler está en manos de la firma de inversiones Cerberus, que controla casi el 80 por ciento, y de Daimler, en posesión del restante 20 por ciento, por lo que no tiene que responder a airados accionistas.

Y al no cotizar en bolsa, los malos resultados no están acompañados por una caída de sus títulos, como le sucedió a GM en las últimas horas.