Sarkozy quiere hacer frente al "no" irlandés con acciones para los europeos

París.-  El presidente francés, Nicolas Sarkozy, asume el próximo martes la presidencia semestral de la Unión Europea (UE) resuelto a convertir el desafío del "no" irlandés al tratado de Lisboa en una oportunidad para mostrar que Europa puede y debe escuchar y responder a las preocupaciones de los ciudadanos.

ampliar foto

(EFE)

El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy.

Desde que los irlandeses rechazaron el tratado, que reemplaza a la Constitución vetada por franceses y holandeses en 2005, Sarkozy y su Gobierno han dicho que ese "no" complicará su labor pero hace aún más pertinentes sus prioridades para estos seis meses.

Estas son un pacto europeo sobre la inmigración, un acuerdo sobre el "paquete energía-clima" para que la UE esté en una posición de fuerza para la negociación de un acuerdo internacional contra el cambio climático a finales de 2009, la revisión de la política agrícola común (PAC) y el relanzamiento de la Europa de la Defensa.

Temas que, argumentan los líderes franceses, inciden en la vida cotidiana de los ciudadanos, confrontados a la escalada de los precios del petróleo y los alimentos y una mala coyuntura económica, y deseosos de una Europa que les "proteja" y "tranquilice".

Impopular en casa y consciente del escepticismo de sus compatriotas sobre su capacidad para dar un nuevo impulso a Europa, sobre todo en lo económico, Sarkozy insistirá en su voluntad de "acción" y medidas "concretas" para los ciudadanos, en la entrevista televisada de una hora que dará el lunes por la noche, antes de que la Torre Eiffel vista los colores de la bandera europea.

El martes, protagonizará un acto en el Arco de Triunfo, antes de acoger en el Elíseo para una cena a los miembros de la Comisión Europea, que previamente se habrán reunido con su Gobierno en pleno para pasar revista a las prioridades y el calendario del semestre.

"Modestia", "humildad" y "nada de arrogancia" han sido las consignas del Elíseo para esta presidencia de la UE, en la que Sarkozy deberá evitar las críticas intempestivas y actuaciones en solitario para promover su agenda y ayudar a buscar una salida al embrollo del "no" irlandés al tratado, que había impulsado.

Aunque Francia y España no pudieron cerrar el pasado viernes el acuerdo esperado sobre el borrador del pacto de inmigración, la apuesta es que se consensuará de aquí a la reunión de los ministros europeos de Interior y Justicia los 7 y 8 de julio en Cannes.

El titular de Inmigración, Brice Hortefeux, encargado de aplicar en Francia la política de "inmigración escogida" de Sarkozy y que ha visto a todos sus homólogos y a muchos eurodiputados para impulsar el proyecto de pacto, dice que hay un acuerdo "unánime" de los 27 sobre los "principios" y confía en su adopción en la primera cumbre europea de la presidencia gala, el próximo octubre.

Por la urgencia y complejidad del tema, la primera reunión ministerial de la presidencia francesa de la UE en París es la de los titulares de Energía y Medio Ambiente, del 3 al 5 de julio.

La meta es un acuerdo en diciembre sobre el reparto de la carga y el mecanismo para reducir en un 20 por ciento las emisiones de CO2 en la UE para 2020 y elevar a un 20% la parte de energías renovables en el consumo energético total. Todo un reto dadas las divergencias de intereses y situaciones de los Estados de la UE.

Se trata de que Europa dé ejemplo para facilitar un acuerdo internacional a finales de 2009 contra el cambio climático.

Tampoco se perfila fácil la revisión de la política agrícola europea (PAC) para permitir a los agricultores responder al aumento de la demanda mundial y reaccionar a los cambios del mercado.

La base de la negociación será la polémica propuesta de Bruselas, que privilegia el desarrollo rural a expensas de las ayudas directas y reduce al máximo los mecanismos de intervención.

La cuarta prioridad es el relanzamiento de la Europa de la defensa al que Sarkozy condiciona el retorno de Francia al mando integrado de la OTAN, esperado en 2009.

Quiere renovar la estrategia de seguridad de la UE frente a las nuevas amenazas, aumentar las capacidades operativas europeas y dinamizar la agencia europea de armamento. Pero, si bien EEUU ya no se opone a la Europa de la Defensa, el Reino Unido se resiste a pasos considerados como esenciales por París.