"El racismo en España está vivo, pero oficialmente es invisible"

Es menuda, de habla suave y, a pesar de la edad y la violencia que ha presenciado, fervientemente idealista. La bangladeshí Irene Khan, pese a su aparente fragilidad, es secretaria general de una organización que cuenta con más de dos millones de miembros en todo el mundo y supervisa una agenda que incluye a todos los países y a todas las formas de abusos de los derechos humanos, desde el apedreamiento en Irán hasta la tortura en Estados Unidos o la desparición de acitivistas políticos en Libia. Estos días ha recorrido España para hacer balance del cumplimiento de los derechos humanos bajo la legislatura del Presidente José Luis Rodríguez Zapatero, con quien se ha reunido y a quien ha pedido que transforme sus buenas intenciones en resultados concretos. Nos lo cuenta en esta entrevista.

SUSANA VERA (REUTERS)

Irene Khan durante su visita a Madrid.

Pregunta: ¿Cúal es su balance de la evolución de los derechos humanos en España bajo el mandato del Presidente Zapatero y cuáles cree que son los desafíos en esta segunda legislatura?

Respuesta: Visité España en el año 2004 y he vuelto ahora. Durante estos cuatro años hemos visto como Zapatero ha impulsado la mejora de algunos derechos humanos, sobre todo en el área de la discriminación y la violencia contra la mujer, algo que nadie se había tomado en serio antes en España. Felicitamos a su gobierno por eso. También ha planteado cuestiones relativas a los derechos de las víctimas de la Guerra Civil y del régimen del General Franco. La Ley de Memoria Histórica no es tan buena como cabría esperar, pero al menos ha servido para colocar el debate sobre la mesa. Así que Zapatero durante su primer mandato ha demostrado coraje, pero en esta segunda legislatura la cuestión es generar resultados. No se trata solo de tener voluntad política sino de transformar esa voluntad y esos buenos deseos en acciones y resultados concretos.

P.-¿Y los puntos más débiles?

R.- España tiene que reaccionar ante el desafío del racismo y la xenofobia. Pese a la creación de un Observatorio sobre estas cuestiones, no se ha publicado ningún dato ni ningún estudio de la situación en el país. El racismo y la xenofobia están vivos, pero oficialmente, son invisibles. Eso debe cambiar inmediatamente. Le hemos pedido al Presidente que adopte una estrategia de recopilación y publicación sobre estas actitudes con estudios realizados por todo el territorio español. Está también la cuestión de la ley española de detención en régimen de incomunicación que es una anomalía en Europa y debe ser revocada. En el terreno de la venta de armas, España ha sido muy activa en los foros multinacionales, como la ONU, para respaldar mayores controles en el comercio de equipos militares y armas pero ahora debe traducir eso en acciones prácticas en sus relaciones bilaterales. La realidad es que armas procedentes de España siguen llegando a Colombia donde pueden utilizarse contra la población civil.

P.-Durante su visita a España, usted se ha entrevistado con Zapatero. En julio se reunirá con Miguel Angel Moratinos, ministro de Exteriores, en Londres. ¿Confía en que el Gobierno español introducirá los cambios que Amnistía espera sobre todo a la vista de las presiones de Europa en áreas como la inmigración?

R.- Habrá que esperar a ver qué hace durante este mandato. Zapatero ha dejado muy claro que quiere colocar los Derechos Humanos entre las prioridades de su agenda. Ha asegurado que va a adoptar un Plan Nacional de DDHH para el final de este año. Y nosotros vamos a pedirle cuentas por esa promesa. No se trata solo de defender internacionalmente la abolición de la pena de muerte, que es una cuestión de política exterior, sino también aspectos relativos a la inmigración que tienen impacto tanto en lo exterior como en política nacional. Esa va a ser la gran prueba de su compromiso con los derechos humanos.

P.-¿Se refiere a la reciente directiva europea sobre inmigración que algunos han denominado "la directiva de la vergüenza"?

R.- Si. Nuestro temor es que España revise su legislación en línea con las nuevas regulaciones europeas, la directiva, que nosotros consideramos un serio retroceso en la protección de los derechos de inmigrantes, refugiados y solicitantes de asilo.

P.-¿Qué es lo que más le preocupa de la directiva?

R.- Que transmite un mensaje muy negativo sobre los inmigrantes, a los que criminaliza al permitir que se les detenga por un periodo de hasta 18 meses. Ese tipo de sentencias corresponden a crímenes muy serios. Pero los inmigrantes no han cometido ningún crimen, ni han pasado por ningún procedimiento criminal. La misma directiva permite la detención de menores que no estén acompañados, y esos son jóvenes vulnerables. Es una regulación muy dura y no creemos que servirá para controlar la entrada de los inmigrantes en Europa mientras que si va a causar mucho sufrimiento.

R.-¿Le sorprende? Muchos Gobiernos europeos han venido avanzando en la implantación de controles férreos de la inmigración en los últimos años.

R.- Es verdad. Muchos gobiernos de Europa han adoptado en los últimos años estrategias de control inmigratorio que suponen un retroceso con respecto a la protección de estas poblaciones vulnerables. Amnistía reconoce el derecho y el deber de los Estados de establecer medidas de control fronterizo, pero no en detrimento de los derechos fundamentales del individuo. Y una detención arbitraria durante 18 meses vulnera derechos fundamentales. Otra tendencia creciente en Europa es empujar las fronteras de la Unión cada vez más lejos externalizando los controles fronterizos mediante acuerdos bilaterales, como es el caso de España con diversos países de Africa occidental. Eso ha llevado a casos en los que inmigrantes de terceros países han sido abandonados en el desierto marroquí sin ayuda, o en Mauritania, donde se están registrando abusos generalizados y expulsiones en masa de inmigrantes que ni siquiera están intentando venir a Europa. Eso es muy peligroso.