Obama y el reto de aplacar el descontento de las seguidoras de Hillary

Washington.-  El senador demócrata Barack Obama, virtual candidato a la presidencia de EE.UU., afronta el reto de atraer a las miles de mujeres blancas que no votaron por él en las primarias y que están decepcionadas por la salida de la contienda de Hillary Clinton.

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(EFE)

El virtual candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Barack Obama, durante un evento para promover la candidatura de Chicago como ciudad sede de los Olímpicos del 2016. Tras una encarnizada campaña electoral, los demócratas Obama y Hillary Clinton iniciaron un proceso de acercamiento.

La "blogosfera" en internet está plagada por estos días de comentarios de fervientes seguidoras de Hillary que por ahora rechazan la candidatura de Obama, el primer negro con posibilidades reales de llegar a la Casa Blanca.

Los "blogs" hablan del fenómeno de la "ira de las mujeres blancas" que confiaban en las posibilidades de Hillary, de la cobertura sesgada de su campaña, y de las amenazas de abstención o de un posible voto al candidato republicano John McCain.

El martes pasado, Obama logró los 2.118 delegados necesarios para alcanzar la candidatura demócrata, que se hará oficial en la convención del Partido en Denver (Colorado) en agosto próximo.

Grupos como la Organización Nacional de la Mujer (NOW) ya han denunciado sexismo en el trato hacia la ex primera dama, y las mujeres están enardecidas.

"Estoy muy enojada de que Obama le haya quitado la oportunidad a una mujer de llegar a la presidencia. ¿Por qué no esperó hasta 2012 o después? Es joven y con menos experiencia y debió esperar (...) estoy harta de que sólo los hombres lleguen al poder" dijo a Efe una votante blanca, de 34 años, que pidió el anonimato.

"He decidido que no votaré, sé que no es racional, pero me niego a darle mi voto. Tal vez a otras votantes podrá convencer si gana y coloca a mujeres en altos cargos, pero a mí no", enfatizó la misma votante del norte de Virginia.

Por ilógico que sea romper filas con el partido y votar por McCain, algunas mujeres se muestran dispuestas a llegar a ese extremo por entender que Obama ha hecho poco por ganarse su apoyo.

La campaña de Obama ha buscado un acercamiento con Hillary con el objetivo de lograr que sus discípulas lo respalden.

La senadora reunirá el sábado a miles de sus partidarios en Washington para poner fin a sus aspiraciones presidenciales, agradecer a sus seguidores y dar su apoyo a Obama.

Su mensaje, según fuentes allegadas, será que los demócratas no están divididos y que todos, desde la base hasta los jerarcas del partido, deben apoyarlo para evitar que McCain inicie "un tercer mandato de Bush".

El mayor desencanto parece provenir de las mayores que vivieron en carne propia la discriminación de tiempos pasados.

Las mujeres han recurrido a internet para ventilar su malestar por los múltiples ataques a la campaña de Hillary y porque en 2008 se les fue de las manos la oportunidad de que una mujer hiciera historia en más de 200 años de democracia en EE.UU.

Muchas veían en Hillary la única esperanza de romper en añicos el llamado "techo de cristal" que, pese a los avances de las últimas décadas, todavía sirve de barrera para miles de mujeres.

Según datos del censo, las mujeres son casi el 51 por ciento de la población pero se encuentran a la zaga de los hombres en varios campos de los sectores público y privado.

Más grave aún, muchas ganan 77 centavos por cada dólar que perciben los hombres.

Las mujeres dicen estar hartas del sexismo y hacen todo lo posible por demostrar que no son, como se les llamó en otros tiempos, el "sexo débil".

De aquí a noviembre, cuando se celebrarán las elecciones presidenciales, Obama tendrá que revertir las tendencias del voto femenino en encuestas recientes.

En meses pasados, varios sondeos indicaron que las blancas preferían a Clinton por 24 puntos porcentuales, y la apoyaron incluso en 12 de los 17 estados donde ganó Obama.

El Centro de Investigación Pew señaló recientemente que Obama sufrió una caída de ocho puntos entre las mujeres desde febrero pasado, debido en parte a "la reacción negativa de los partidarios de Clinton".

Para Hillary esta lucha por la presidencia era "muy personal", declaraciones que le valieron crueles caricaturas y hasta la burla del pastor católico Michael Pfleger, quien fingió el lloriqueo de la senadora porque "un hombre negro me está robando el show".

Según analistas, para sanar las heridas es necesario que Hillary dé su apoyo inequívoco a Obama, para que la militancia femenina acepte el trago amargo de su derrota y lo respalde.

Algo que favorece a Obama entre muchas votantes es que éste apoya los derechos reproductivos de la mujer y más ayudas federales para la salud y la educación universitaria.