Poco después de que Barack Obama se proclamara candidato ganador a la nominación demócrata para la Casa Blanca, la atención internacional abandonó su obsesión por la campaña de las primarias y las rivalidades con Hillary Clinton, para centrarse en preguntar qué tipo de América marcará la segunda década del siglo XXI, si el modelo republicano de John McCain o el del senador demócrata afroamericano.
Barack Obama, ante los miembros de un grupo de presión pro israelí.
Pero los baches que los dos candidatos demócratas han sorteado en la carrera para llegar hasta esta nominación, sus divergencias y sus estrategias dispares durante la campaña no están enterrados. Obama probablemente desearía concentrar todos sus esfuerzos ahora en el asalto contra McCain. Sin embargo tendrá que seguir prestando atención a Hillary Rodham Clinton y a sus seguidores, a reparar el daño creado por las fricciones de las primarias y a decidir si le ofrecerá la vicepresidencia o no.
Por eso, no sorprende tanto que Obama dedicase dos párrafos enteros de su discurso victorioso de ayer a deshacerse en halagos con su correligionaria de quien destacó su "deseo perenne de mejorar la vida de los estadounidenses, por muy difícil que resulte esa lucha". O que concluyera con: "Nuestro partido y nuestro país son mejores con ella, y yo soy un candidato mejor porque he tenido el honor de competir con Hillary Rodham Clinton".
La senadora demócrata ya ha tirado el guante al ruedo al dejar claro en el cierre de campaña que está abierta a la propuesta de ser número dos con Obama. Con este gesto ha logrado lo que algunos analistas consideran una habilidad innata del matrimonio Clinton: convertirse en centro de atención cuando se supone que tendrían que estar en los márgenes de la escena.
"Creo que Hillary formaría una gran equipo con Obama", señala Juan Verde, miembro del Comité Nacional de la Campaña de Hillary Clinton y activista demócrata. "Las diferencias siempre han sido ideológicas, no personales. Tampoco hay que olvidar que Obama aventaja sólo en 0,4% a Hillary, que la senadora logró triunfos en estados clave como Pensilvania, Ohio y Nuevo México, y que ella tiene la llave del voto de los blancos, las mujeres y los hispanos".
Para algunos observadores, el temor es que el peso de los Clinton amenace la libertad del candidato para seleccionar a su número dos en función de sus necesidades, además de exponerse a tener a un ex Presidente desocupado rondando por la Casa Blanca.
"Hay en marcha un proceso de negociación entre las campañas de Obama y Clinton para fusionar ambas estructuras", dice Verde. "Pero este proceso va a llevar tiempo y hay otros candidatos en liza para ocupar la vicepresidencia, como Bill Richardson o el gobernador por Virginia, Mark Warner. Yo creo que Hillary haría una labor magnífica si le ofrecen el puesto".
Pero más allá de este desafío, ¿podrá Obama sobreponerse al impacto arrollador de la máquina Republicana? El equipo de McCain está proyectando una imagen del senador demócrata como hombre de poca experiencia en cuestiones de Estado y en particular en las amenazas a la seguridad de Estados Unidos.
McCain tiene en contra un nivel de descontento inusualmente profundo entre la opinión pública con la presidencia de George Bush, el estado de la economía nacional y la guerra en Irak. Pero los demócratas saben que el disgusto popular no tiene por qué traducirse de forma automática en una victoria demócrata en noviembre.
"Obama y el Partido Demócrata no pueden permitirse el lujo de subestimar a McCain, algo que también parece estar haciendo Europa", advierte Verde. "Los republicanos han demostrado mucha eficacia en descarrilar las campañas más negativas en su contra. Por ejemplo, lograron vender la imagen de un Bush hijo, que recurrió a la influencia de su padre para no ir a la guerra, frente a la potencia de una figura como la de John Kerry que fue un voluntario condecorado en Vietnam. Eso en un país en el que el patriotismo continúa siendo un valor clave."
El candidato demócrata enfatizaba en su discurso el continuismo que, desde su perspectiva, representa su rival republicano: "No hay cambio desde el momento en que John McCain decidió estar junto a George Bush el 95% del tiempo", dijo este senador que ha alcanzado la cumbre impulsado por sus carismáticas llamadas al cambio. Su esperanza, que el electorado exija cuentas a los republicanos por los ocho años de desastrosa gestión de la administración Bush y su caótico legado.
"De cara a noviembre es fundamental seguir marcando esa diferencia absoluta con McCain. La gente está cansada de ver partidos políticos similares", dice Verde. "Con Obama se cierra un periodo en el que EEUU no cuenta con la comunidad internacional y se abre uno nuevo con un presidente integrador que sacará las tropas de Irak, recuperará las relaciones con América Latina -en especial con Cuba- , creará más consenso en política interna y se ocupará de aspectos que realmente afectan a la gente como la economía, la educación y el cambio climático."
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me encanta este análisis. Y la sensación de que Obama no puede librarse de Hillary +
Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.
Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...
Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.
A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.
Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Citar este verso de Machado no puede ser más ocurrente al hablar de Mariano Rajoy. Tras la renuncia de Zapatero y las voces que señalan que la estrategia popular podría verse dañada, es necesario preguntarse algo. ¿Ha hecho camino Rajoy? ¿Se ha preparado para ser presidente? Quizás la respuesta sorprenda.
En: E-Campany@
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Son los cien primeros, como podrían ser doscientos o diez. Lo importante es el concepto. La idea de tener unos días para llevar a cabo la transición desde la oposición al gobierno. Del banquillo, a llevar el dorsal titular. Nunca tendremos una segunda oportunidad de crear una buena primera impresión. Y los cien primeros días son esa primera impresión. Veamos su importancia.
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