El fiscal solicita prisión provisional para el secuestrador de Ávila por "riesgo de fuga"

Ávila.-  El fiscal jefe de Ávila, Juan Miguel Gómez, ha solicitado prisión provisional para el ciudadano de nacionalidad rumana que el pasado viernes mantuvo secuestrado a un matrimonio en un bar de su propiedad, en San pedro del Arroyo (Ávila), por considerar que existe "riesgo de fuga" por "falta de arraigo".

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(EFE)

El hombre de origen rumano que mantuvo retenidos a los dos dueños de un bar de San Miguel del Arroyo (Ávila).

Así lo han explicado a Efe fuentes de la Fiscalía, que consideran que el juicio podría celebrarse en la capital abulense "después del verano", una vez que se califiquen los hechos, tras tomar declaración tanto al matrimonio retenido, como a varios testigos.

En el caso de ser condenado por este secuestro que se prolongó durante siete horas, la pena que se le imponga podría cumplirla en Rumanía.

Nicolai, de 31 años y ex-policía en su país, prestó declaración ante el titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Ávila el pasado sábado, después de ser sometido a reconocimiento médico, debido a las heridas sufridas al romper el cristal de una de las ventanas del establecimiento.

Fuentes de la Fiscalía ha explicado que en dicha declaración el detenido apareció "aparentemente tranquilo y consciente de la gravedad de los hechos" que protagonizó, debido a la situación de "desesperación" que vivía.

Tras escuchar al detenido, el fiscal solicitó la prisión provisional para Nicolai, que desde entonces ha permanecido en el Centro Penitenciario de Brieva, situado a 10 kilómetros de la Ávila, donde se encuentra a la espera de su traslado a otra cárcel, ya que la abulense es de mujeres.

Sus destinos podrían ser la cárcel de Segovia o la vallisoletana de Villanubla, según las mismas fuentes.

Su detención se produjo el viernes a las 22.38 horas, tras una rápida intervención de los Grupos Rurales de Seguridad (GRS), que penetraron en el interior del establecimiento, reteniendo al ciudadano rumano y rescatando al matrimonio.

Al día siguiente, declaró ante el juez que todo lo hizo "para llamar la atención", ya que el día anterior, el dueño de la casa en la vivía de forma provisional en un coche cuyo maletero utilizaba de armario le dijo que se tenía que ir.

"Todo lo hice para llamar la atención, porque estaba desesperado", argumentó, antes de reconocer: "se me cruzaron los cables".

Asimismo, apuntó que su situación económica no era buena, porque tenía que "pagar el préstamo de una hipoteca en Rumanía" a partir de los trabajos que realizaba en España, donde había vivido "de la caridad".

En algunos momentos del secuestro se vivieron instantes de tensión, ya que Nicolai se exaltaba y rompía algunas botellas de cerveza cuando su enfado era máximo.