Ambiciosos objetivos para combatir la pobreza quedaron en buenos deseos

Lima.-  Los ambiciosos objetivos que se había fijado la Cumbre de Lima para combatir la pobreza y la desigualdad quedaron finalmente en una extensa declaración plagada de compromisos de buena voluntad, sin metas definidas ni cifras de inversión para paliar dos de los más graves problemas de América Latina.

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(EFE)

Los jefes de Estado y de Gobierno de América Latina, el Caribe y la Unión Europea que participan en la V Cumbre ALC-UE asistieron hoy en el Museo de la Nación, a la sesión de clausura de la V Cumbre de América Latina, el Caribe y Unión Europea (ALC-UE).

Bajo el lema "Respondiendo juntos a las prioridades de nuestros pueblos", la declaración final de la V Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina, el Caribe y la Unión Europea que concluyó hoy en Lima recoge el compromiso de las partes por afianzar su relación y trabajar por el cumplimento de los objetivos comunes.

Como novedad, la Cumbre abrió la vía a la creación de una Fundación permanente para "estimular" y "aumentar la visibilidad" de la cooperación entre los países de ALC y la UE, que seguirá el modelo de las creadas por la Unión Europea para impulsar el diálogo entre sociedades civiles en los países del Mediterráneo y de Asia.

Además, el texto incluyó el lanzamiento de un programa conjunto contra el cambio climático, bautizado "Euroclima", que permitirá compartir conocimientos y coordinar las acciones contra el calentamiento global.

En la declaración final no hay mención a la propuesta lanzada por una empresa peruana que ha medido la contaminación producida por la cita de mandatarios y quiere contrarrestarla con inversiones en proyectos medioambientales para convertir la de Lima en la Cumbre más limpia de la historia.

Hasta 11.00 toneladas de dióxido de carbono puede haber producido la Cumbre, según la firma A2G Carbon Partners, que propuso contrarrestar la contaminación mediante los llamados "bonos de carbono", inversiones en proyectos que tengan el efecto contrario y limpien la atmósfera.

Sin embargo, en materia de lucha con la pobreza y la exclusión social, el documento se limitó a poco más que declaraciones de buenas intenciones, pese a lo sensible del problema para América Latina, una región con más de 200 millones de pobres, que no ha conseguido reducir los niveles de exclusión social y se enfrenta al reto de aprovechar su crecimiento para cumplir los objetivos del Milenio y rebajar su nivel de pobreza a la mitad hasta 2015.

El propio presidente peruano, Alán García, anfitrión de la Cumbre, habló en la apertura de la necesidad de tomar medidas concretas para paliar el problema y propuso iniciativas como incrementar en un 2 por ciento la producción de alimentos en los países participantes en la cita de Lima o gravar el consumo de petróleo y gas licuado para conseguir fondos.

Los pueblos, dijo García, esperan "soluciones, planteamientos y metas" de la cita de Lima y no meras "declaraciones o reuniones rituales".

Para predicar con el ejemplo, el líder peruano aprovechó el tirón mediático de la Cumbre para crear el Ministerio del Ambiente, inexistente hasta ahora en el gobierno del país.

Aunque, finalmente, ni las propuestas de García, ni las del venezolano Hugo Chávez, que instó a crear un fondo nutrido de impuestos al petróleo, ni las sugerencias de México para instituir un "fondo verde", llegaron a quedar plasmadas en el papel.

La inversión en innovación, educación y tecnología es "clave" en el desafío que afrontan los gobernantes latinoamericanos, dijo la presidenta argentina, aunque la Declaración no recoge cifras destinadas a estos rubros.

A lo que sí se refiere es a la necesidad de apoyar a Naciones Unidas en sus esfuerzos por combatir la crisis alimentaria, tal como había anunciado la presidenta chilena, Michelle Bachelet, convencida de que "tenemos que actuar hoy", con propuestas específicas.