Videntes, médiums, tarotistas... en el 'más allá' de la ley

Maestro chamán africano con más de veinte años de experiencia en el sector. Todo tipo de trabajos, mal de ojo, vudú, amor, dinero, salud. Éxito garantizado en sólo cinco sesiones. Éste es uno de los mensajes que puede leerse en los anuncios por palabras de los periódicos nacionales más serios. La oferta de videntes, tarotistas y médiums es infinita en nuestro país pero este sector está muy lejos de la regulación.

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Hasta 1989, el Código Penal perseguía a aquellas personas que "por interés o lucro interpretaren sueños, hiciesen pronósticos o adivinaciones o abusasen de la credulidad pública de manera semejante". Sin embargo, después de que esta ley se derogase, no hay legislación al respecto por lo que las personas que ofrecen este tipo de servicios tienen vía libre para hacer y deshacer. Y, lo que es peor, la falta de regulación multiplica las posibilidades de fraude.

Hace años que desde Círculo Escéptico acuden a la ciencia para explicar "las numerosas afirmaciones sobre fenómenos extraños, pretendidos misterios, enigmas históricos, milagros y otros rumores sin demostración". Por eso miran con una mezcla entre envidia y esperanza lo que ocurrirá a partir del mes que viene en Reino Unido cuando una nueva ley ponga más difícil las cosas a los posibles estafadores. La norma es una adaptación de una directiva europea sobre prácticas comerciales desleales que ha movilizado a videntes, tarotistas y médiums y contra la que han presentado cerca de 5.000 firmas.

La ley se refiere al comercio en general pero incluye dos aspectos que, llevados a este sector, supondrán una gran novedad. Por un lado, los comerciantes – en este caso aquellos que ofrecen los servicios – deberán advertir a los usuarios de que lo que ofrecen no tiene validez científica. Por otra parte, en caso de que alguien se considere estafado, la norma introduce un aspecto muy novedoso: la responsabilidad de demostrar que no ha habido fraude sería del demandado y no del demandante, por lo que los videntes tendrán que demostrar que realmente son capaces de ofrecer aquellos servicios que proponen.

"Lo que nos tememos es que esa directiva se transponga de manera muy 'light' en España y que no se aproveche esta oportunidad para regular todo lo que tiene que ver con este sector", indica Fernando Frías, presidente de Círculo Escéptico. Y es que no existe ninguna legislación específica en España respecto a estas prácticas y a su modo de publicidad. Los periódicos publican sus anuncios por palabras bajo epígrafes como 'futurología' o 'tarot' y las cadenas de televisión – sobre todo las locales – emiten programas en los que una pitonisa adivina el futuro a través de la línea telefónica. Objetivamente, no hay nada ilegal en ello. Sólo si se trata de "publicidad o televenta que apele directamente al miedo o a la superstición" estaría incumpliendo la Ley de Televisión sin Fronteras.

Gran Bretaña, un ejemplo a seguir

El caso británico es una excepción. El país lleva años regulando todo este tipo de prácticas, desde que en 1951 promulgara la Ley de Médiums Fraudulentos y es un modelo para Círculo Escéptico, por eso han iniciado una campaña de recogida de firmas a través de su web para conseguir que España siga el mismo camino. "Si no se hace de manera correcta, la transposición de la ley podría ser incluso contraproducente para los usuarios. Si obligan a informar de que estas prácticas no son 100% fiables es posible que luego la Justicia no ampare a los consumidores ante una posible estafa", explica Frías.

Éste es el argumento que usó el Tribunal Supremo hace un año para absolver a una curandera que cobró 18.000 euros para curar a un enfermo de cáncer. Los jueces consideraron que "en estos casos se considera que el engaño es tan burdo e inadmisible que resulta inidóneo para erigirse en el fundamento de un delito de estafa", o lo que es lo mismo, que el estafado estaba lo suficientemente informado para caer en semejante trampa.

Los ingleses también son un ejemplo a seguir desde el otro lado de la barrera. Un miembro del Foro Internacional de Ciencias Ocultas y Espirituales, que prefiere no dar su nombre, admira el modelo británico porque todo está más organizado en este país. Allí existen cursos oficiales (numerología, tarot) que garantizan cierta preparación de las personas que se dedican a este tipo de negocios. "A nosotros nos parece bien que haya legislación que recoja todo esto para evitar los fraudes de gente que dice que van a resolver la vida de los demás". Lo que ocurre en Gran Bretaña es la excepción en Europa. En el resto de países la situación está en la misma línea que la española, sin normas específicas sobre el asunto.