"El viernes embarco para Somalia, pero no tengo miedo"

El viernes 25 de abril, Pablo embarcará en Isla Mauricio rumbo a la costa somalí. A sólo dos días de su viaje, y cuando todavía permanece secuestrado el atunero vasco 'Playa Bakio', este patrón de Bermeo (Vizcaya) dice no estar preocupado. "Es que esto es algo que nos temíamos desde hacía tiempo y tampoco nos sorprende", asegura.

El atunero del que es patrón Pablo.

Lleva 16 años faenando en la zona y la conoce al dedillo. Para él las últimas noticias de ataques piratas no son novedad, "ya hace como siete años que el Albakora 4 fue asaltado y desde entonces esto ha ido en aumento". Aún así dice que se va tranquilo y eso que en esta ocasión no irá a bordo de un gran atunero como suele hacer. Los próximos 20 días los pasará inspeccionando la zona en un buque de sólo 34 metros de eslora. En él irán otros siete tripulantes, dos españoles y cinco africanos.

Su nueva misión tiene su lado bueno y su lado malo. "Desde luego abordarnos será mucho más fácil, pero no creo que resulte atractivo un buque tan pequeño", dice. Lo es mucho más el atunero Zuberoa, de la empresa ATÚN S.A., del que en el mes de julio se convertirá en patrón. Además, según dice, "es muy fácil subirse a este tipo de barcos cuando están parados porque la parte de atrás es muy rasa". Sin embargo, con vigilancia constante asegura que no hay problemas.

"El marinero de guardia avisa en cuanto ve un barco de lejos, el que sea, para que nos pongamos en marcha". Según cuenta los atuneros son de los buques más veloces. Por eso, sólo si la tripulación está despistada podría llegar a asaltarse. "Pero si te cogen, te cogieron, porque nunca llevamos armas". Lo único que tienen estos barcos son una caja azul que comunica todos sus movimientos a tierra.

La evolución en las aguas somalíes

Cuando Pablo empezó a trabajar en aguas somalíes, en 1992, se podía navegar sin problemas. Sólo era necesario una licencia por parte del Gobierno local. Todo cambió en 2001 cuando el caos que había en el país, con un gobierno en el norte —Putlandia— y otro en la capital Mogadiscio, se trasladó al mar. Sin embargo, "no fue hasta el 2004 cuando saltó la alerta". En esa fecha, la Oficina Marítima Internacional (IMB) puso la prohibición de faenar en aguas somalíes. Desde entonces sólo se puede estar a más de 200 millas de la costa del país africano.

Aún así, no ha dejado de haber ataques. De hecho, en los últimos cinco años la cifra se ha multiplicado por diez y se ha pasado de sólo tres en 2005 a 31 en 2007. Además, se ha notado una evolución. "En 2004 eran asaltos a buques simplemente para robarlos y ahora lo que se lleva son los secuestros", explica. El cambio se produjo hace como dos años. "Antes asaltaban barcos para robar cajas fuertes, bobinas de cuerdas, víveres, televisiones u ordenadores... ahora, para pedir un rescate". Es por eso, por lo que se llevan los buques a aguas nacionales y los fondean allí. Ahí, no puede actuar ningún organismo internacional.

Por qué no han dejado de ir a la zona, es la pregunta que cualquiera se haría. Además del océano Índico, entre Somalia y la India; también el Golfo de Guinea es una zona de pesca de atún y el océano Pacífico, entre Sudamérica y las Islas Salomón. Pero es que... "esta zona es muy buena y sobre todo en esta época", justifica Pablo.

"A ver si ahora hacen algo"

Pablo confía en que los últimos ataques puedan servir de algo. "Lo bueno de que sea un barco español, y el anterior uno francés es que los gobiernos se están movilizando", dice.

Esta madrugada, el embajador francés en la ONU, Jean-Maurice Ripert, ha anunciado la intención de que su país, EE UU y Reino Unido preparen una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU para autorizar a los países a luchar contra la piratería tanto en Somalia como en cualquier otro rincón del mundo. El borrador estará listo a finales de semana.

Mientras, Pablo dice que lo que a él le gustaría es que se ejecute un acuerdo en la OTAN. El año pasado hubo avances y se mandó una patrulla de cuatro barcos a la zona, "pero eso no es suficiente, lo que se necesita es vigilancia permanente".