Árabes en la redacción

Durante las última década, el tema de los musulmanes y los medios de comunicación ha pasado de ser prácticamente inexistente a convertirse en objeto de conferencias, artículos, libros y foros de discusión en todo el mundo. El debate creció exponencialmente tras los atentados del 11S y el 11M cuando diversos estudios, entre otros los realizados por el Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia, demostraron que la islamofobia iba en aumento en la Unión Europea, donde se calcula que el 5,5% de la población es musulmana.

Raed Qutena (EFE)

Un sondeo Gallup, publicado en el Foro Económico de Davos a principios de este año, mostraba también que a los ciudadanos europeos, preocupados por la inmigración y su percepción del Islam como una amenaza, les alarma la perspectiva de que aumente la interacción con las comunidades musulmanas. Paradójicamente, los encuestados en Estados Unidos, Israel y países árabes, opinaban lo contrario, que un mayor contacto sería beneficioso.

Pero el fenómeno no es solo una reacción a los ataques en Nueva York, Madrid o Londres. Un estudio de los principales periódicos británicos realizados por el Muslim Council of Britain en marzo de 1999, indicaba que la cobertura del universo musulmán era tan abrumadoramente negativa que incluso los directores de los rotativos estudiados no podían creer que las conclusiones de esa investigación estuviesen basadas en sus propias publicaciones.

En España, como en otros lugares de Europa, miembros de la comunidad musulmana se han quejado con frecuencia de que los titulares suelen trasladar una imagen distorsionada y negativa del Islam, al que tienden a presentar como una entidad monolítica equivalente a terrorismo y fanatismo religioso. Además, agregan, los medios españoles dedican un espacio mínimo a publicar noticias "amables" sobre el mundo musulmán.

"El problema es que la cobertura se hace con mucho desconocimiento y con muchos prejuicios", señala Aiman Zoubir, corresponsal en España de Al-Yasira en árabe. "Unos medios son más rigurosos que otros, pero en general los periodistas españoles -con excepción de los grandes reporteros de prensa escrita- tienen poca información y muchos arrastran cargas históricas o ideológicas que distorsionan su información", dice Zoubir que cursó el máster de periodismo del diario ABC y ha trabajado en ese periódico entre otros medios de la Península.

"Es significativo que para enviar a un corresponsal a Londres se le pida que hable inglés pero el criterio de hablar el árabe no figure a la hora de seleccionar a un periodista que cubre países árabes", agrega Zoubir. "En España hay muchos que se autodenominan 'expertos en el mundo musulmán' , pero yo nunca he oído un equivalente en los países árabes, o sea alguien que se llame a sí mismo 'experto en el mundo cristiano'".

Para Oscar Abou Kassen, redactor del diario Público, parte de las deficiencias en la cobertura tienen que ver con la falta de contextualización y la mirada, que es demasiado occidental. "Se suele dar una imagen que parte de la lógica, la educación y los valores occidentales", dice este periodista hijo de un palestino y una española. "A los medios españoles les cuesta mucho cambiarse el chip del punto de vista".

Perfil pegado al inmigrante

En un país donde la comunidad islámica alcanza el medio millón de individuos, la prensa nacional apenas cuenta con representantes de ese grupo, a diferencia de países como el Reino Unido, en el que la presencia en los medios de minorías raciales o religiosas es significativa. Esto tiene en parte que ver con el perfil de la comunidad musulmana que, en España, sigue muy pegada a la figura del inmigrante. Pero tanto Zoubir como Abou Kassen opinan que es una cuestión de tiempo y que los medios acabarán demandando periodistas con ese perfil.

"En Francia, por mencionar un país vecino, eso no suscitaría ningún complejo. Es normal y aporta mucha riqueza a las redacciones", apunta Zoubir. "España tendrá que plantearse esta idea con visión de futuro y empezar a preparase ya". En lo que ninguno de los dos está de acuerdo es en la idea de promover la discriminación positiva porque, según opina Abou Kassen, "nadie debe verse desplazado por intentar dar una imagen de diversidad. Siempre debe primarse a los mejores profesionales".

A falta de un número sustantivo de voces mediáticas que la representen, la comunidad musulmana en España tiene que contentarse en gran medida con el espacio que le conceden las publicaciones dirigidas a inmigrantes en general (que suelen englobar también a latinos, chinos y trabajadores del Este de Europa), una diferencia sustancial con otros países del entorno comunitario. Programas como Con otros acentos de La 2 , Telenoticias Sin Fronteras de TeleMadrid, la revista Toumaï, la publicación Raíz, que tiene 10 cabeceras segmentadas por nacionalidades de origen, entre ellas Raíz Marroquí, el bimensual Attawasul, creado por la Asociación Ibn-Batuta o Arab fi Esbania un periódico escrito en árabe clásico y francés, destinado a proveer información práctica a los inmigrantes de origen árabe y que se distribuye en mezquitas, comercios especializados o locutorios.

"El perfil de la comunidad magrebí en España es un 70% varones y 30% mujeres. Los niveles de lectura son muy bajos ya que un sector es analfabeto en lengua árabe pero el castellano tampoco lo ven como lengua de lectura. No es como la comunidad china que devora cualquier tipo de periódico", explica José Santamaría de Minority, una agencia de comunicación especializada en minorías que cuenta con un observatorio de medios. "La mayoría de los musulmanes en España tienden a consumir sus cadenas de televisión a través del satélite o sus medios nacionales propios".