San Francisco confía en poder evitar los disturbios de París y Londres

San Francisco (EE.UU.).-  La llama olímpica llegó hoy a San Francisco, que se prepara para su paso con una mezcla de fuertes medidas de seguridad y confianza en que la tradición pacifista de la ciudad ayude a evitar disturbios como los de París y Londres.

En medio de un amplio dispositivo policial -más de 500 agentes- y bastante secretismo, la antorcha aterrizó esta madrugada en el aeropuerto internacional de la ciudad y permanecerá en un lugar no revelado hasta mañana.

Está previsto que la llama olímpica recorra unos 10 kilómetros a lo largo de la rambla central y en torno al conocido como "Muelle del Pescador", pero las autoridades no descartan cambios de última hora en el trayecto, incluso cuando ya hayan comenzado los relevos.

En total, 80 relevistas portarán la llama y ya se ha confirmado que al menos uno de ellos, al parecer un corredor muy joven, ha decidido no participar por motivos de seguridad.

Según la prensa local, la policía colocará a agentes que correrán alrededor de los atletas que llevarán la antorcha para protegerlos de los manifestantes que intenten interferir con el desfile.

Además, la Administración Federal de Aviación restringirá el espacio aéreo sobre la mayor parte de la ciudad.

Las autoridades municipales intentan cumplir con la difícil tarea de garantizar la seguridad y, a la vez, respetar el derecho de expresión de los manifestantes que se prevé protestarán contra la política de China hacia el Tíbet, Birmania y la provincia sudanesa de Darfur.

David Perry, portavoz del comité municipal encargado de la preparación del paso de la antorcha, destacó que las autoridades están igual de preocupadas por los derechos los manifestantes como por los de los organizadores de los Juegos.

"Quiero pensar que en San Francisco sabemos cómo hacer una protesta", dijo Perry a la prensa estadounidense.

"No somos el tipo de gente que saltaría sobre un relevista en silla de ruedas para intentar arrebatarle la antorcha", añadió en relación a los incidentes registrados en París a raíz de las manifestaciones en favor del Tíbet y los derechos humanos en China.

Como sucedió el domingo en Londres, el paso de la antorcha olímpica por París -donde apenas fue visible porque tuvo que ser protegida e incluso guardada en varios tramos- se convirtió en una manifestación en contra del régimen chino y en favor del pueblo tibetano, víctima de una represión dura en las últimas semanas.

La situación también puede complicarse para la policía de San Francisco, pues esta es la única parada de la llama en EE.UU. y, además de los presuntamente pacíficos manifestantes de la ciudad, se prevé que el evento atraiga a miles de personas de todo el país.

El lunes tres miembros del grupo "Estudiantes por un Tíbet libre" se subieron al Golden Gate y desplegaron dos pancartas que decían "Un Mundo, un sueño. Libertad para Tíbet", en alusión al lema de los Juegos Olímpicos de Pekín, y "Libertad para Tíbet".

Los manifestantes permanecieron casi tres horas en lo alto del Golden Gate y la policía tuvo que cortar uno de los carriles del puente mientras trataba de bajar a los escaladores y retirar las pancartas. Siete participantes en la protesta fueron detenidos.

En las últimas semanas ha escalado la tensión entre las comunidades china y tibetana de la ciudad y este último grupo ha solicitado a los responsables de la ciudad que cancelen el evento.

El pasado 20 de mayo el consulado de China en San Francisco fue atacado por varios individuos que arrojaron un artefacto incendiario al edificio, aunque no hubo heridos ni daños materiales.

Se cree que el ataque fue una protesta por la situación en el Tíbet.