La guerra del agua se recrudece en el frente catalán

Los embalses del país se encuentran al 46,6% de su capacidad, un porcentaje muy por debajo del 65,8% que marca la media de los últimos diez años por estas fechas, según el boletín hidrológico del 1 de abril. No mejora la sequía y se recrudece la 'guerra del agua'.

Las reservas de este recurso están por debajo de los niveles de los últimos diez años en la mayor parte de las cuencas del país, pero la situación más crítica se vive desde hace meses en Cataluña, que se ha convertido en el detonante de este nuevo conflicto. Con las desaladoras catalanas aún sin terminar, las soluciones de emergencia planteadas hasta ahora para asegurar el abastecimiento si sigue sin llover han sido el envío de un barco de agua desalada desde la planta almeriense de Carboneras a la Ciudad Condal y un pequeño trasvase desde el Segre, un afluente del Ebro, hasta el Llobregat. Esta última propuesta, mal vista por el Gobierno en funciones, ha terminado por disparar las tensiones y ha hecho resucitar en el debate político los proyectos del derogado trasvase del Ebro y del Ródano.

Ahora bien, como acostumbra a pasar cuando de lo que se habla es de agua, las diferencias políticas y territoriales suelen enturbiar las discusiones hasta casi ocultar los problemas de fondo. Para conseguir una mayor claridad en este debate, hemos preguntado a distintas personas con puntos de vista diferentes:

-Joan Herrera, diputado en el Congreso de Iniciativa per Catalunya Verds:

"La situación en Cataluña es dramática. Lo que ha propuesto el conceller de Medio Ambiente es que el agua se capte de forma provisional del Segre, pero esta sería una medida excepcional, reversible y temporal. Y sólo en el caso de que el caudal del río lo permita y no queden otras alternativas. Nosotros estamos en contra de los trasvases. Con todo, tenemos agua de boca garantizada hasta el mes de octubre. Y no hay que olvidar que se están construyendo desaladoras o que la Generalitat ha conseguido reducir el consumo medio del área metropolitana de Barcelona a 100 litros por habitante al día, lo recomendado por la Comisión Europea. Lo que no puede controlar un Gobierno es si llueve o no."

-Antonio Estevan, de la Fundación Nueva Cultura del Agua:

"El debate de travase sí o no, es muy simplista. La fundación ha estado trabajando con Cataluña en un nuevo modelo del agua basado en tres fundamentos: más desalación, en base a las nuevas tecnologías; una disminución de la presión sobre el Ter; y un mayor aprovechamiento de las aguas subterráneas del Bajo Llobregat. Este es el modelo más lógico, lo que pasa es que todavía no ha dado tiempo a ponerlo en marcha y ésta es una sequía radical. Desde luego el agua desalada es la solución estructural más barata. Y el debate actual es artificial y político, pues no se puede comparar una conducción de agua de 16,5 km y un tubo de un metro de diámetro para llevar agua entre el Segre y el Llobregat con el trasvase derogado del Ebro que tenía unos 800 kilómetros y un canal que en algunos tramos medía 20 metros de ancho. Compararlo es ridículo."

-José Alberto Comos de la Fundación Agua y Progreso:

"Lo que quiere Cataluña es un trasvase en toda regla. A nosotros nos parece bien que se haga, pues creemos en la solidaridad entre los pueblos de España, pero siempre que la solidaridad sea igual para todos e incluya al trasvase del Ebro a la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería. Ahora se habla de este trasvase del Segre al Llobregat, pero no es el único: el Ebro soporta ya 10 trasvases. Bilbao y su área metropolitana bebe agua del Ebro. Si son tan buenas las desaladoras, por qué no desala también Bilbao. Parece que a los ricos en agua del norte se les da más, pero no a los pobres en agua del sur. A nosotros se nos vende la desalación, cuando sabemos que es más cara, más contaminante y que rompe el principio de solidaridad. La desalación es el sálvese quien pueda".

-Santiago Martín Barajas, experto en agua de la organización Ecologistas en Acción:

"La Generalitat tenía que haber tomado medidas antes. El Ministerio de Medio Ambiente sí lo hizo y redujo el agua destinada a regadíos en algunas zonas, por eso en otras áreas mucho más secas que Cataluña no se prevén ahora mismo tantos problemas de abastecimiento. En un país con un nivel de consumo tan alto bastan dos primaveras y un otoño con lluvias escasas para entrar en sequía. Además, el aumento de las temperaturas está reduciendo la disponibilidad de agua debido a una mayor evaporación por el aumento de temperatura a causa del cambio climático: En el periodo 1949-1995 por los ríos españoles corría un 15% más de agua que entre 1995-2005. Hace falta redistribuir los usos del agua y reducir el consumo de la agricultura. Pero claro, ya es tarde, ahora ya hay poco que redistribuir."

-Miguel Padilla, responsable de agua de la Comisión Ejecutiva de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG):

"El verdadero problema es que no ha llovido. Hay una sequía hidrológica, pues las cotas de los embalses no son buenas y esto nos preocupa. Estamos en primavera y hay cultivos que si no llueve se perderán. Los datos que nosotros tenemos es que no existen problemas de abastecimiento, salvo en casos aislados como Barcelona. Si sigue sin llover en primavera, ya hablamos de otra cosa. En el tema del agua, nuestra opinión es que se ha politizado todo, de forma que lo que se dice suele tener poco que ver con la realidad. Desde luego, las confrontaciones entre comunidades autónomas no vienen de los agricultores o los ganaderos, vienen de los políticos."

¿Cuál es tu punto de vista? ¿Qué opinas tú de la actual escasez de agua que padece el país y de la especial situación en Cataluña?