Japón registra la inflación más alta en trece años

Tokio.-  Japón tuvo en febrero una inflación del 1 por ciento, la más alta en trece años, un dato que lejos de reflejar un repunte económico preocupa al Gobierno porque no va acompañado de un aumento del consumo ni de los salarios.

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(EFE)

Un japonés observa varios televisores LCD de Sony en un almacén de Tokio.

El Ejecutivo nipón divulgó hoy datos económicos inquietantes correspondientes a febrero: primer aumento del desempleo en cinco meses, estancamiento del consumo de los hogares en términos reales y quinto aumento mensual consecutivo de la inflación.

La ministra japonesa de Economía, Hiroko Ota, dijo que "la confianza de los consumidores se ha deteriorado", el consumo "está estancado", se "están reduciendo las ofertas de empleo" y además el "crecimiento económico se está parando y los salarios no crecen".

En estas circunstancias de parón económico generalizado, al Gobierno japonés le preocupa en especial el incremento del Índice de Precios al Consumo (IPC) hasta su nivel más alto desde mayo de 1994, que se achaca sobre todo al aumento del precio del petróleo.

"Estoy preocupada por cómo esa subida de los precios, derivada sobre todo del incremento de los precios de la gasolina y de los alimentos, afectará a los consumidores", indicó la ministra.

Según los datos difundidos hoy, el precio de la energía creció en febrero un 9,2 por ciento, el de la gasolina subió un 18,2 por ciento y el de los alimentos no perecederos aumentó un 1,2 por ciento, con el precio del pan subiendo hasta un 9,2 por ciento.

Atrás queda la mayor preocupación de Japón en el pasado, la deflación que lastró su economía durante la década perdida de los 90.

"No podemos decir que ese incremento de los precios sea una buena cosa cuando la economía se está estancando y los salarios no están creciendo", concluyó Ota.

Hace tiempo que el Gobierno japonés ha pedido a los conglomerados empresariales que traspasen parte de sus inmensos beneficios económicos a sus empleados, con aumentos de salarios que permitan reactivar una economía que sigue débil.

Ahora, en plena crisis financiera y con un yen fortalecido que hace más caras sus exportaciones, es más difícil que los gigantes empresariales japoneses opten por incrementar los salarios de sus trabajadores: la presión se escora más bien hacia el recorte de empleos.

El Gobierno japonés informó también hoy de que el desempleo creció en términos interanuales en febrero en una décima, hasta el 3,9 por ciento, y que cayó la oferta de empleo por primera vez desde diciembre, un dato peor de lo que esperaban los analistas.

Aunque no se espera que el mercado laboral vaya a empeorar sustancialmente en Japón debido a la próxima jubilación de la generación nacida en el "Baby Boom" tras la II Guerra Mundial, sí se espera una contracción en los próximos meses.

"Las previsiones a corto plazo no son nada brillantes y la oferta de empleo seguramente va a reducirse", declaró a la agencia local Kyodo Kenji Abe, economista de Lehman Brothers Japan.

Otro analista de esa empresa, Hiroshi Shiraishi, incidió además en que, "como los salarios crecen muy lentamente, una inflación debida al aumento de los costes (de materias primas y petróleo) puede ser negativa para el consumo".

De hecho, otro de los datos divulgados hoy habla de que el consumo privado, que supone el 55 por ciento del Producto Interior Bruto en Japón, sigue estancado.

El gasto medio mensual de febrero de los hogares japoneses se mantuvo sin cambios en términos interanuales y alcanzó una media de 275.827 yenes (2.774 dólares), según el Ministerio de Asuntos Internos y Comunicaciones.