Es la primera visita de Estado en toda regla de un presidente francés al Reino Unido en 12 años. El encuentro de Nicolas Sarkozy con el primer ministro británico Gordon Brown yuxtapondrá a dos personalidades muy distintas: el relumbrón y ostentoso Sarkozy, quien llega a Londres de la mano de su tercera esposa, con el presbiteriano Brown, un hombre de austeras costumbres, aficionado a la rutina, de quien se dice que viaja siempre con una parca maleta repleta de libros.
Sarkozy camina entre la Guarda de Honor en el castillo de Windsor.
Además, el laborista Brown milita en las filas de la izquierda, mientras que Sarkozy lidera la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UPM). Sus allegados aseguran que, pese a las discrepancias, ambos mantienen una relación cálida desde los tiempos en que ocuparon las carteras ministeriales de Finanzas en sus respectivos países.
Sarkozy parece querer aprovechar esa larga amistad para impulsar las relaciones de París con Londres, en el pasado una «entente cordial» marcada por altibajos entre la atracción y el recelo; acercar al Reino Unido al corazón de la UE y definir posturas comunes en los grandes retos globales, desde Afganistán a la defensa europea pasando por la estabilidad de los mercados financieros.
El presidente de Francia ha manifestado creer en una nueva «hermandad franco-británica» que, según dijo, supera a la antigua alianza franco-germana. No se puede olvidar que Sarkozy viajó a Berlín en su primer día como presidente de Francia para entrevistarse con la canciller alemana Angel Merkel. Pero tampoco, que la popularidad tanto de Gordon Brown como del presidente francés está actualmente por los suelos y ambos se necesitan más que nunca.
"Gordon Brown ha sido una gran decepción y una catástrofe absoluta" , señala William Horsley, analista de asuntos europeos con sede en Londres. "Es un hombre indeciso y parece incapaz de adoptar la más mínima decisión estratégica de importancia. Sigue comportándose como un ministro de Finanzas. La visita de Sarkozy le brinda un oportunidad dorada para relanzarse con nuevos proyectos conjuntos".
"Sarkozy estaba nervioso ante el Parlamento, parecía un Jean Paul Belmondo sobreactuado", asegura William Horsley, analista de asuntos europeos
En su discurso del miércoles ante el Parlamento británico, Sarkozy subrayó la deuda de Francia con el Reino Unido por las dos Guerras Mundiales y su admiración por un país que según dijo es un "modelo" para los franceses. "Esa retórica, de la boca de un presidente francés, es absolutamente extraordinaria y no tiene precedentes. Admitir que Francia y Alemania ya no pueden dirigir Europa por sí solas, es histórico", comenta Horsley. "Sarkozy estaba nervioso ante el Parlamento, parecía una Jean Paul Belmondo sobreactuado. Pero está claro que más allá de las palabras, el Presidente francés tiene ideas muy concretas".
«Con este visita, Sarkozy intenta definir los objetivos de París de cara a la presidencia de Francia de la UE, que se inicia en julio: defender su proyecto de Unión Mediterránea -que no agrada a Londres por el liderazgo que otorgaría a París- y crear una estrategia frente a la inmigración, que incluiría un pacto por el que los países europeos se comprometen a no realizar regularizaciones masivas y a devolver a los inmigrantes a sus países de origen, bien ofreciéndoles incentivos para que regresen de forma voluntaria o recurriendo a las repatriaciones forzosas», explica Jean Claude Sergeant, profesor de políticas, especializado en el Reino Unido, de la Sorbona.
Gordon Brown sale de Downing Street.
En el encuentro que ambos líderes mantendrán el jueves en el inusual escenario del campo de fútbol del Arsenal, al norte de Londres, se espera que Sarkozy y Brown anuncien un paquete de medidas conjuntas para combatir la inmigración ilegal, reforzar los controles en los cruces fronterizos del Canal de la Mancha (donde según las autoridades se detuvieron a 18,000 inmigrantes ilegales en el 2007) y fomentar el retorno de refugiados cuyos casos no hayan prosperado en los países de acogida. El plan prevé fletar vuelos franco-británicos que despegarían del Reino Unido y harían parada en Francia para devolver inmigrantes a países como Irán, Afganistán o Irak, entre otros.
"En inmigración ambos líderes están totalmente de acuerdo y quieren demostrar que hacen algo juntos al respecto», señala Jacques Reland, Director del área de investigación europea del Global Policy Institute de Londres. «La repatriación forzosa es una medida que cae bien entre el electorado británico a quien le preocupa mucho las presiones que la inmigración está ejerciendo sobre los servicios sanitarios, la educación o la vivienda".
Londres quiere aprender de la experiencia francesa con la energía nuclear para suplir su obsoleta industria dependiente de los combustibles fósiles
En defensa, Sarkozy quiere que Francia vuelva a entrar en la estructura de comando de la OTAN. De momento, ha anunciado el envío a Afganistán de unos 1,000 soldados más para demostrar su compromiso con la organización. A cambio, el presidente francés pide el apoyo de Washington y Londres para que las capacidades defensivas de la UE se desarrollen dentro del marco de la OTAN
"Francia siempre ha estado del lado de Europa y apoya que tenga capacidad defensiva autónoma. Sarkozy cree que con Estados Unidos al límite de sus capacidades por la guerra de Irak y con el cambio de presidente que se avecina, es el momento de incitar a un cambio", dice Reland. "Pero necesita el apoyo de Gordon Brown porque Londres y París son los dos grandes inversores en el área de defensa. No se puede hablar de defensa europea sin que los dos estén de acuerdo".
La promoción de la energía nuclear es otro campo que ambos líderes desean impulsar con la firma de un acuerdo para la construcción de una nueva generación de centrales nucleares. La iniciativa responde a la necesidad que tienen ambos países de ajustarse a los estrictos compromisos acordados por la UE el año pasado, entre ellos el de reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 20% para el año 2020.
Londres quiere aprender de la experiencia francesa con la energía nuclear (que produce el 80% de la electricidad gala) para suplir su obsoleta industria dependiente de los combustibles fósiles, sobre todo el carbón. Francia, además, ofrecería su tecnología y conocimientos al Reino Unido para que pueda sustituir sus viejos reactores nucleares. Ambos países exportarían después tecnología nuclear avanzada al resto del mundo.
"Sarkozy ha empezado este viaje subrayando 'los valores compartidos' entre Francia y el Reino Unido y eso es cierto hasta un punto, pero hay también bastantes discrepancias", apunta Horsley. "La actitud ante una Rusia autoritaria (Francia es mucho más permisiva); la cuestión de Turquía y la UE (Londres favorece el ingreso de Ankara y Francia se opone radicalmente) o la cuestión de la constitución europea, son aspectos de desacuerdo claves. Así que está por ver si Sarkozy logra que todas sus buenas palabras se transformen en acciones concretas".
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A este hombre le falta altura a todos los niveles. +
Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.
Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...
Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.
A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.
Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Citar este verso de Machado no puede ser más ocurrente al hablar de Mariano Rajoy. Tras la renuncia de Zapatero y las voces que señalan que la estrategia popular podría verse dañada, es necesario preguntarse algo. ¿Ha hecho camino Rajoy? ¿Se ha preparado para ser presidente? Quizás la respuesta sorprenda.
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