Las Damas de Blanco piden la libertad de los opositores cubanos detenidos hace cinco años

La Habana.-  Las Damas de Blanco, familiares de 75 disidentes cubanos detenidos entre el 18 y el 20 de marzo de 2003, exigieron hoy de nuevo su liberación pero no hicieron protestas en las calles, ni lo harán en los días exactos en que se cumple el quinto aniversario de aquella oleada represiva.

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(EFE)

Las Damas de Blanco, familiares de 75 disidentes cubanos detenidos entre el 18 y el 20 de marzo de 2003, exigieron hoy de nuevo su liberación.

Por celebrarse en estos días la Semana Santa, las protestas públicas de las Damas de Blanco se adelantaron al fin de semana pasado, explicaron hoy a Efe varias de ellas.

Vestidas todas de blanco, en señal de que su actitud es pacífica, el viernes marcharon por el centro de La Habana hasta el Ministerio de Justicia y dejaron una carta dirigida al fiscal general, Juan Escalona, en la que piden la libertad de sus parientes.

La carta denuncia que los disidentes "están privados de libertad sin haber cometido delito alguno, pues se limitaron a expresar sus opiniones libremente y reclamar el respeto a los derechos humanos".

El sábado intentaron llegar a la Plaza de la Revolución, pero les cerraron el paso agentes y partidarios del Gobierno, y el domingo 55 de ellas asistieron a una misa en la iglesia de Santa Rita, en el barrio de Miramar, y marcharon por su avenida principal.

Las mujeres llevaban en la espalda carteles con el número 55, para indicar los integrantes del Grupo de los 75 que siguen presos.

Los otros 20 han sido excarcelados por razones de salud, los cuatro últimos en febrero pasado, por una gestión del gobierno de España, y viajaron a ese país para recibir atención médica.

Oscar Espinosa Chepe, economista y periodista, uno de los excarcelados, recordó hoy en un artículo enviado a Efe aquella oleada represiva, que califica de "respuesta del Gobierno de Cuba a la creciente actividad pacífica de la disidencia".

"El totalitarismo, viendo amenazado su poder, aprovechó la coyuntura del inicio de la guerra en Irak y su impacto mediático, para desatar su artero ataque hacia personas pacíficas para tratar de desarticular el movimiento opositor y, sobre todo, crear un clima de terror entre la población", afirma Espinosa.

Una declaración de las Damas de Blanco sobre el aniversario se queja de las personalidades extranjeras que han visitado la isla y evitaron a disidentes, entre ellas el comisario europeo Louis Michel y el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone.

"Ninguno visitó una prisión al azar, ni se entrevistó con nuestros prisioneros", dicen las familiares de los detenidos.

"Se requieren hechos, no palabras. Los cambios deberían iniciarse mediante la liberación inmediata e incondicional de los prisioneros de conciencia", agrega la declaración, aludiendo a las promesas de reformas que ha hecho el nuevo presidente cubano, general Raúl Castro, que hasta ahora no se han concretado.

El artículo de Espinosa dice que Raúl Castro "ha reconocido la existencia de muchos de los problemas que en su momento nosotros denunciamos y por lo que fuimos enviados a las prisiones".

El nuevo presidente ha constatado, según Espinosa, "que los salarios no alcanzan para sostener una vida digna (...), que la agricultura es un desastre y que la mayoría de las tierras están sin cultivar o subutilizadas, mientras se importa el 84,0% de los alimentos indispensables".

Agrega que las críticas de Raúl Castro "a las prohibiciones dañinas y sus planteamientos sobre la necesidad de cambios estructurales y de conceptos, constituyen alegatos irrefutables sobre la justeza" de las opiniones por las que fue encarcelado.

En abril de 2003 los 75 fueron condenados en juicios sumarísimos a penas de hasta 28 años de prisión, acusados de conspirar con Estados Unidos, atentar contra la independencia del Estado y socavar la revolución.