Castro publicó tres artículos sobre la crisis colombo-ecuatoriana sin atacar a Uribe

La Habana.-  Fidel Castro publicó tres artículos esta semana sobre la crisis colombo-ecuatoriana, en los que culpa a Washington y apoya al mandatario de Ecuador, Rafael Correa, pero no ataca expresamente al de Colombia, Álvaro Uribe, comentaron hoy en La Habana fuentes diplomáticas.

ampliar foto

(EFE)

El conflicto de los Gobiernos de Bogotá y Quito -al que se sumaron en favor del segundo los de Caracas y Managua- se desató por un ataque de la Fuerza Aérea Colombiana contra guerrilleros de ese país el sábado pasado en territorio ecuatoriano.

"No somos enemigos de Colombia", aclaró Castro directamente en la segunda de sus notas, difundidas por los medios de comunicación oficiales de la isla.

"Aunque aliado de Venezuela y Ecuador, Cuba es el país de la región que tiene las mejores relaciones con Colombia", explicó a Efe una de las fuentes diplomáticas al analizar los artículos, el último difundido este viernes.

En el primero, el pasado lunes, Castro afirmaba que "se escuchan con fuerza" en Suramérica "las trompetas de la guerra, como consecuencia de los planes genocidas del imperio yanqui".

"¡Nada es nuevo! ¡Estaba previsto!", agregaba el ex presidente, y recordaba que ese día comenzaba en La Habana un "Encuentro sobre Globalización" en el que iba a ser orador principal su "querido amigo" Rafael Correa, que "no podrá asistir" por la crisis causada por la incursión de tropas colombianas en Ecuador.

El conflicto de los Gobiernos de Bogotá y Quito -al que se sumaron en favor del segundo los de Caracas y Managua- se desató por un ataque de la Fuerza Aérea Colombiana contra guerrilleros de ese país el sábado pasado en territorio ecuatoriano.

En el segundo artículo, el martes, Castro acusaba a Estados Unidos de "cometer un monstruoso crimen" en Ecuador y aseguraba que el ataque a los guerrilleros colombianos, en le que murió el "número dos" de las FARC, "Raúl Reyes", se hizo con "bombas yanquis, guiadas por satélites yanquis".

"Bombas mortíferas fueron lanzadas en la madrugada contra un grupo de hombres y mujeres que, casi sin excepción, dormían. Eso se deduce de todos los partes oficiales emitidos desde el primer instante. Las acusaciones concretas contra ese grupo de seres humanos no justifican la acción", decía el líder cubano.

"A sangre fría -proseguía- nadie absolutamente tiene derecho a matar. Si aceptamos ese método imperial de guerra y barbarie, bombas yanquis dirigidas por satélites pueden caer sobre cualquier grupo de hombres y mujeres latinoamericanos, en el territorio de cualquier país, haya o no guerra".

"No somos enemigos de Colombia", aclaraba a continuación el ex mandatario, y señalaba que tanto él como el actual presidente de Cuba, su hermano Raúl Castro, se han atenido "a una política declarada de principios y de paz, proclamada desde hace años en nuestras relaciones con los demás Estados de América Latina".

En ninguno de los textos hay acusaciones directas contra Uribe, principal adversario en esta crisis de Correa y sus aliados, el venezolano Hugo Chávez y el nicaragüense Daniel Ortega.

"Hoy que todo está en riesgo -explicaba Castro el martes-, no nos convierte en beligerantes. Somos decididos partidarios de la unidad entre los pueblos de lo que Martí llamó Nuestra América".

En el tercer artículo denuncia un "plan imperialista" para juzgar a Chávez en el Tribunal Penal Internacional, defiende a Correa y acusa al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, pero nuevamente sin citar a Uribe.

"Ayer, cuando pasadas las 12 de la noche, hora de Cuba (05.00 GMT), es decir, hoy mismo, escuché declaraciones oficiales a la prensa de un grupo de funcionarios que se ocupan en Colombia de los trámites legales pertinentes, no me quedó duda alguna. No se trata de un secreto", explica Castro.

¿"Qué se ha dicho de Chávez en días muy recientes? Fue electo por el voto mayoritario de la población. De inmediato se añade: igual que Hitler", agrega.

Castro se queja de que "no se explica lo conocido demasiado bien: que Hitler fue fruto genuino del sistema capitalista, que se expresó a través del Tratado de Versalles y la imposición de sanciones (...), las cuales exaltaron el nacionalismo en la recién nacida República de Alemania".