El sector ganadero argentino advierte que el país va hacia un desabastecimiento de carnes de bovino

Buenos Aires.-  Una Argentina sin sus apetitosos bifes de vacuno parece una remota postal infernal, pero los representantes del sector ganadero advierten que el país va hacia un desabastecimiento de carnes de bovino si el Gobierno no toma las medidas adecuadas a tiempo.

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(EFE)

Argentina, que siempre se jactó de tener más vacas que habitantes, contaba hace tres años con un rodeo bovino de unas 55 millones de cabezas, que, según cálculos no oficiales, ha mermado hasta entre 50 y 48 millones.

Las autoridades argentinas han mantenido en estos días infructuosas negociaciones con los diferentes eslabones de la industria cárnica para poner coto a las alzas de precios y hasta estudian volver a cerrar las exportaciones, tal como lo hicieron en marzo de 2006.

En verdad el panorama no ha cambiado mucho en los últimos dos años: los valores de la carne están por las nubes y los ganaderos reclaman incentivos para producir más y no pasarse al cultivo de soja, más rentable que la cría de vacas.

"Tenemos menor producción vacuna con mayor demanda, una coyuntura que sólo se soluciona con voluntad política. Los pequeños y medianos productores están en riesgo de desaparecer porque no reciben ayudas ni estímulos para seguir en la actividad", dijo hoy a Efe el vicepresidente de la Federación Agraria Argentina, Ulises Forte.

Las Confederaciones Rurales Argentinas, que agrupa, entre otros, a productores de bovinos, difundieron en los últimos días un informe en el que advirtieron que el país avanza hacia una "agudización" en la falta de carnes de vacuno por la aplicación de políticas erróneas que, de continuar, "acarrearán, sin dudas, dificultades para el abastecimiento en el futuro".

El informe incluye estadísticas que demuestran que se ha incrementado en los dos últimos años la faena de terneros, lo que supone a futuro una merma en las existencias de novillos engordados (con mayor peso y, por ende, con mayor producción de carnes) y de madres para la reposición.

Argentina, que siempre se jactó de tener más vacas que habitantes, contaba hace tres años con un rodeo bovino de unas 55 millones de cabezas, que, según cálculos no oficiales, ha mermado hasta entre 50 y 48 millones.

Los referentes del sector coinciden en que el cierre de las exportaciones y la posterior suavización de la medida, con el establecimiento de cupos mensuales de 40.000 toneladas para ventas al exterior, no logró el objetivo de tener una mayor oferta disponible para el mercado doméstico y así contener los precios.

El presidente de la Asociación de Productores de Carne Vacuna, Javier Martínez del Valle, consideró que un nuevo cierre de las exportaciones implicaría "una señal negativa para los productores de novillos pesados" de Argentina, que en apenas dos años cayó del tercer al séptimo puesto entre los mayores exportadores mundiales de carne.

"Sería repetir un grave error porque el cierre anterior no solucionó el problema", coincidió Forte, quien explicó que la veda a las exportaciones sólo hace que el productor reciba menor pago por la res, mientras que en la cadena de procesamiento el valor aumenta "y al final el consumidor paga cara la carne".

Las carne vacuna es un producto básico de la dieta de los argentinos, cuyo consumo promedio es de 69 kilos anuales por habitante -uno de los más altos del mundo-, lo que explica en gran parte la irritación que por estos días puede constarse entre los consumidores ante un alza en los precios del 15 por ciento en los que va del año.

"Si esto sigue así, no sé qué vamos a comer. Se abusan en los precios porque saben que para nosotros el asado es sagrado. Para colmo, la carne tiene cada vez menos gusto (sabor)", dijo a Efe María, una ama de casa, ante los escaparates de una carnicería en el barrio porteño de Almagro.

La queja, como se ve, excede a los precios. El reclamo por el sabor deriva de que mucha de la carne que consumen los argentinos hoy es de vacas engordadas en grandes feed-lots (engorde a corral), un sector que el gobierno sí subsidia.

"Los campos para pastura ahora tienen soja. Las praderas naturales para engorde siempre fueron la bandera de Argentina, pero se han perdido. Es gravísimo, es un error que nos va a costar mucho", advirtió Forte.

El secretario general Sindicato de la Carne, Silvio Etcheún, dijo que los subsidios deben destinarse a los pequeños y medianos productores y las exportaciones aumentarse pues, por la veda, se perdieron 12.000 puestos de empleo.