La Pompeu Fabra crea 'patrullas estudiantiles' contra los radicales

MADRID.-  El pasado 18 de febrero, la cabeza de lista del Partido Popular en Barcelona trató de entrar en un aula de la Facultad de Derecho de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. No pudo. Un grupo de unos 50 jóvenes se lo impidió al grito de "fascista". El rector de la universidad se ha reunido esta semana con decenas de asociaciones de estudiantes y han decidido plantar cara a los alborotadores.

Andreu Dalmau. (EFE)

Dolors Nadal, acompañada por el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón.

En una reunión tensa, el rector comenzó proponiendo que las asociaciones firmaran un manifiesto de condena al boicot, pero muchas de ellas se negaron al considerarlo inútil. La propuesta que más apoyos consiguió fue la de constituir una especie de patrullas de estudiantes que hagan de 'fuerza de interposición' cuando algún político visite la universidad.

El mensaje que quiso trasmitirles el rector -según cuentan las propias asociaciones- es que debían mostrarse fuertes ante los boicoteadores. "Debemos estar unidos. Demostrar que los radicales están en minoría", cuenta Alicia Gatius, presidenta de la Associació Internacional d'Estudiants de Ciències Econòmiques i Empresarials (AIESE). "Nosotros defendemos que una opinión contraria enriquece, por lo que puede venir quien quiera a la universidad".

Sin embargo, a algunas asociaciones, esta propuesta les parece insuficiente. Ponerse entre los alborotadores y su objetivo puede proteger al invitado... pero no a los defensores. "Es un parche. Si se siguen produciendo conflictos, al final nos van a partir la cara a todos", comentan desde la AIESE.

Aunque se haya dado a conocer a raíz del intento de agresión a Nadal, la violencia en la Pompeu Fabra entre asociaciones de estudiantes viene de largo, según aseguran varias de ellas. Desde la asociación Club Borsa cuentan que hace tres años ya se produjeron boicots en algunas conferencias. En aquella ocasión, el ponente consiguió entrar en la sala. Pero los alborotadores también y se dedicaron a interrumpir la conferencia cantando, tirando 'bombas fétidas' y echando agua sobre los papeles que llevaban los participantes.

El caso más reciente y grave lo sufrió el grupo Universitaris Liberal Demòcrates (ULD). El despacho del que disponen en la universidad apareció con la puerta reventada, varios ordenadores rotos y pintadas en las paredes con amenazas. Óscar Espinosa, presidente de ULD, cree que las patrullas estudiantiles no son la solución. Según él, haría falta tomar medidas como expulsiones o expedientes sancionadores "para que se lo piensen dos veces la próxima vez".

Sergi Belmonte, de Club Borsa, cree que "debería ser la universidad quien arreglara el problema". En su opinión, la solución pasa por retirar las subvenciones a las asociaciones implicadas y expulsar de la universidad a los culpables.

Las asociaciones de la Pompeu Fabra firman al comienzo del curso un documento en el que se comprometen a respetar la libertad de expresión de sus compañeros. A cambio reciben una subvención por parte de la universidad que, en función de los proyectos que presente, puede alcanzar los 2.500 euros.

Boicots anteriores y visitas recientes

La Delegación de Estudiantes de la Universitat de Valencia trata de quitarle hierro a la interrupción de la conferencia que iba a dar la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. "Aquello fue una anécdota, aunque desagradable. No supuso una agresión, el acto pudo continuar tranquilamente".

En la Universidad de Santiago, ya se ha puesto en marcha una investigación por parte de la asesoría jurídica de la universidad para ver si el incidente que sufrió María San Gil es un hecho denunciable. Lucas Picó, del Sindicato de Estudiantes de este centro, afirma que reacciones como aquellas son normales, porque "los políticos no tienen que entrar en la universidad".

La siguiente visita de un político se produjo el miércoles por la mañana. El invitado era Joan Herrera, candidato de Iniciativa per Catalunya (ICV) y no se produjeron incidentes. Tampoco los hubo en el posterior acto de desagravio que organizaron los partidos PP, Ciutadans y UPyD junto con otros colectivos como el Foro de Ermua para homenajear tanto a Dolors Nadal como a María San Gil y Rosa Díez en la propia Pompeu Fabra.