Un artículo de El País sobre Sarkozy da lugar a la censura en Francia

Se confirma algo extraño: Métrobus, el servicio publicitario de la RATP -la empresa de transportes de París-, ha decido censurar un cartel del semanario Courrier International. ¿Una imagen obscena? ¿Demasiado violenta? No. Un simple titular de periódico de nuestros colegas españoles de El País que, una vez traducido, ha provocado escalofríos en los dirigentes del servicio autónomo: «Visto desde Madrid, Sarkozy, ese gran enfermo».

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Las dos propuestas de Courrier rechazadas por la agencia de publicidad del transporte público de París. En la parte superior derecha se lee el título sobre Sarkozy.

Título original: "Sarkozy, c'est fini"

Hace algunas semanas que, en el Courrier, los acechadores de la prensa internacional sienten que el aire gira alrededor de la popularidad del presidente de la República. Artículos cada vez más críticos, editoriales mordaces, crónicas asesinas: a imagen de su caída en los sondeos, la cota europea de Nicolas Sarkozy se desmorona.

Para marcar el golpe, el semanario decide publicar, en el número de este jueves, cuatro artículos especialmente duros, entre ellos el de Lluis Bassets, director adjunto de la redacción de El País. Una pluma acerada y respetada que, el pasado 14 de febrero, entorno al título "Sarkozy, c'est fini", esboza el retrato de un Jefe de Estado enfermo. Y ¿enfermo de qué? De su «ego hipertrofiado», explica el periodista, incluyendo al nuevo elegido en el largo linaje de patologías presidenciales de la V República:

"La enfermedad que sufre Sarkozy no tiene la gravedad del cáncer de próstata de Mitterrand, pero afecta a un órgano tan vital como es el ego, que sufre de una hipertrofia probablemente irreversible."

Como siempre, la redacción de Courrier se ha quebrado la cabeza para encontrar un título adecuado, siempre diferente del título original del artículo. Tras reflexionar, surge:

"Sarkozy, ese gran enfermo"

Vista la calidad del artículo y de su autor, el título se transforma en un titular de primera plana:

"Visto desde Madrid: Sarkozy, ese gran enfermo"

Dos versiones del mismo cartel, finalmente rechazado por Métrobus

Como suele pasar con frecuencia durante el año, Courrier International acompaña su salida con una campaña de colocación de carteles en los autobuses y en el metro. El proyecto de cartel llega de las manos de Métrobus, servicio publicitario de la RATP, varios días antes de su difusión. El primer proyecto en presentarse habla de "Sarkozy, ese gran enfermo".

Rechazo de Métrobus, que pide que se modifique el cartel. Sorpresa de Courrier International, que, con un espíritu de compromiso, propone una segunda versión: "Sarkozy enfermo de ego".

Nuevo rechazo de Métrobus, que no alega ninguna razón concreta. ¿Será el efecto Ryanair, caso en el que los abogados de Nicolas Sarkozy han obtenido ante los tribunales una indemnización por un ataque al derecho de imagen? ¿O al efecto SMS, tras la denuncia por «falsedad y utilización" presentada contra el Nouvel Observateur?

Hay otro precedente en esta historia, contado por Libération. En este caso en septiembre de 2006, cuando Nicolas Sarkozy era sólo un candidato. En el papel de ofensor, Télérama, que quería utilizar el mensaje irónico de un lector. Rechazo de Métrobus.

En la conclusión de su artículo, Lluis Bassets, no duda en trazar un paralelismo inquietante sobre las costumbres públicas del bello reino de Francia:

"Pero ahí lo que ha conseguido deprime de nuevo a muchos franceses: ha puesto la República a la altura del Principado de Mónaco."

La dirección de Métrobus, que cuenta con el grupo Decaux y el grupo Publicis entre sus principales accionistas, no ha respondido a nuestra petición de mostrar su reacción.

Actualización 19:15: Según publica Rue89, el grupo Lagardère, propiedad del amigo del presidente Sarkozy, ha ido más lejos y ha obligado a los empleados de sus tiendas Relay de distribución de prensa a ocultar ese mismo título, doblando la parte alta de los carteles. Lagardère advirtió a Courrier International, siempre según Rue89, que o ocultaban el título o los carteles terminarían en la basura.