Dos mujeres, dos visiones para Cuba

Las dos son médicos cubanas. Las dos conocen bien a Fidel Castro. Y las dos podrían ser protagonistas de ficción. Pero ahí probablemente terminan las similitudes entre Aleida Guevara, hija del Che, y Martha Frayde, la activa revolucionaria y ex embajadora de Cuba ante la UNESCO.

Aleida Guevara, hija del Che.

Ambas han coincidido esta semana en Madrid, donde Martha vive como exiliada desde hace años. Aleida ha llegado a la capital de España para presentar el libro 'Evocación, mi vida al lado del Che', escrito por su madre Aleida March. "No estaba preparado", subraya Aleida hija. Pero la realidad es que esta semana es especialmente significativa para los cubanos.

El martes pasado, Fidel Castro anunció su decisión de abandonar el poder tras casi medio siglo al frente de los destinos de Cuba. Y el próximo domingo, la Asamblea cubana pronunciará el nombre del sucesor. Nadie cree que se avecinen cambios sustanciales, pero tampoco niega nadie que el relevo ha creado expectativas, sobre el heredero designado y sobre el estilo de mando que introducirá.

"En Cuba no hay problema ninguno", dice Aleida, quien rechaza que vayan a introducirse fórmulas nuevas al Castrismo. "Habrá continuidad. El día que nosotros accedamos a cambiar como nos pide mucha gente en el mundo, nos convertiremos en capitalistas. Y eso es imposible. Nosotros somos socialistas hasta las últimas consecuencias", señala con típica dicción revolucionaria esta mujer de 47 años. "Además, la gente no se da cuenta de que Cuba nunca tendría un capitalismo desarrollado, sino un capitalismo del así llamado 'Tercer Mundo'. ¿Y para qué puede Cuba querer eso?"

Aleida cree que Raúl Castro, de 71 años y hermano del comandante, garantizaría la continuidad que ella desea. Del vicepresidente de Cuba Carlos Lage, otro de los candidatos, Aleida opina que ha perdido su "oratoria fresca, que llegaba más a la gente, y se ha enlentecido". Más carisma y popularidad, explica Aleida, tiene el tercer futurible, el ministro de Exteriores Felipe Pérez Roque, que a sus 43 años es exponente de una generación que nació con la revolución.

Desde su domicilio de Madrid, Martha Frayde se muestra bastante discreta. "Siempre he sido muy realista", dice esta antigua directora del Hospital Nacional de La Habana a cuya consulta privada de ginecología solían acudir las esposas de diplomáticos occidentales. "Esperaré a ver qué pasa el domingo antes de aventurar si va a haber cambios", añade.

Martha Frayde, tras un accidente sufrido en 2006.

Además de realista, Martha, que hoy tiene 87 años pero mantiene una impresionante lucidez , se muestra bastante cauta. Quizás fue una cualidad que aprendió durante sus años de lucha contra el dictador Fulgencio Batista o el tiempo que pasó encerrada en Cuba, acusada de llevar a cabo actividades contrarrevolucionarias.

Pero la vehemencia de esta luchadora reaparece cuando habla de sus deseos para la isla después del domingo. "Hace falta que liberen a todos los presos de conciencia, que introduzcan cambios a la moneda cubana, que los cubanos puedan entrar y salir del país con libertad. Esas serían las primeras medidas que anunciarían el comienzo de un verdadero cambio", dice.

Sobre Raúl Castro, al que Martha conoce bien, señala que "es una persona pragmática, con la que se puede hablar, que escucha". ¿Y Fidel? "Una de sus grandes habilidades siempre ha sido la simulación. Yo sólo rezo para que se arrepienta de todo el daño que le ha hecho a Cuba".

Una visión radicalmente opuesta a la de Aleida, para quien Fidel es un libertador, "el hombre que ha permitido al pueblo cubano pensar por sí mismo", una herencia que según Aleida hay que proteger por encima de todo. "Papi lo dijo hace mucho tiempo. Al imperialismo yanki no se le puede dar ni un tantito así. A nosotros nos queda mucho por hacer desde el punto de vista ideológico y trabajar más nuestra propia propaganda política, que a veces somos muy flojos en eso".