El gobernador de Florida expresa su esperanza ante la renuncia de Fidel Castro

Miami (EE.UU.).-  El gobernador de Florida, Charlie Crist, afirmó hoy que es una buena noticia la renuncia de Fidel Castro al poder y que con ella se abre, de forma esperanzadora, un nuevo capítulo en Cuba.

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(EFE)

El gobernador de Florida, Charlie Christ (i), pidió en un escueto comunicado que el régimen de la isla ponga fin a la "dictadura" mediante la convocatoria de "elecciones libres, la liberación de los presos políticos y el respeto de los derechos humanos".

Tras expresar su solidaridad con el pueblo cubano, Crist pidió en un escueto comunicado que el régimen de la isla ponga fin a la "dictadura" mediante la convocatoria de "elecciones libres, la liberación de los presos políticos y el respeto de los derechos humanos".

Castro, de 81 años, anunció hoy que, por razones de salud (que le obligaron a delegar sus cargos en su hermano Raúl el 31 de julio de 2006), no aceptará el cargo de presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe, tras 49 años en el poder.

El gobernador de Florida sostuvo que la cesión de poder de Fidel a Raúl Castro, hermano menor de éste y actual presidente interino del país, significa nada más que el mantenimiento de una línea "continuista y dictatorial de sucesión en el poder".

Por su parte, Mel Martínez, senador republicano de origen cubano, señaló que, pese a ser el anuncio del retiro de Castro un "cambio histórico", la verdadera transición hacia la democracia no se producirá hasta que éste no fallezca.

Hasta entonces, resaltó, no "veremos cambios verdaderos y reales".

Igual razonamiento utilizó el congresista republicano también de origen cubano Mario Díaz-Balart, para quien, no es bueno que la gente se lleve a engaños, ya que "ese día, el del cambio y la libertad, no ha llegado todavía".

Bajo la férula de Raúl Castro, explicó el congresista de forma tajante al canal de televisión 51 de Miami, no se llevarán a cabo cambios reales en la isla, una aspiración que sólo tendrá lugar con la "liberación de los presos políticos", la aceptación de una "prensa libre" y "elecciones pluripartidistas".

Mientras Castro "siga allí" y "no se convierta en una pesadilla del pasado", el "terror y el poder" de éste se prolongará en los diferentes movimientos de su hermano Raúl, acotó Díaz-Balart.

En esta misma línea se pronunció hoy el exilio cubano de Miami, que espera escasos cambios con la renuncia de Fidel Castro al poder. Por ello, las reacciones en las calles de la Pequeña Habana se redujeron a expresiones de esperanza, pero carentes de júbilo.

En el café Versalles, epicentro de la vehemencia patriótica anticastrista, los habituales parroquianos coincidieron hoy en comentar que la jubilación de Castro significa el término de una "era (la de Fidel), pero no el fin del castrismo".

Por otro lado, el Servicio de Guardacostas de Estados Unidos informó en un comunicado que "no hay indicios de ningún tipo de movimiento en Cuba" del que pueda inferirse la posibilidad de un éxodo masivo de cubanos hacia las costas de Florida.