Ábejar (Soria) demanda que La Barrosa sea fiesta de interés turístico regional

Soria.-  La localidad soriana de Abejar ha revivido un año más La Barrosa, una tradición que simboliza la ancestral relación del hombre con el animal y para el que la corporación municipal ha solicitado de nuevo a la Junta de Castilla y León la declaración de fiesta de interés regional.

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(EFE)

Ábejar, localidad situada a treinta kilómetros de Soria-capital.

Hace una semana, el Ayuntamiento de Ábejar entregó la solicitud para la declaración a la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, según han explicado hoy fuentes municipales, que han precisado que este reconocimiento ya fue solicitado por la corporación pinariega en 1999 y 2003.

En ambos casos, el Gobierno regional desestimó la solicitud por entender que los visitantes de la fiesta de La Barrosa eran mayoritariamente locales y que no era suficientemente original.

"Si algo tiene esta fiesta es lo original; no consta que haya nada parecido en el territorio español", ha apuntado hoy a Efe José Alejandro Huerta, técnico de turismo del Ayuntamiento de Ábejar.

En cuanto a la capacidad de atracción de visitantes, ha recordado que en los últimos años se ha conseguido que pase de ser una fiesta local para abrirse no sólo a Soria capital sino también a otras provincias.

A presenciar La Barrosa llegan visitantes de Madrid, Aragón y Andalucía, prueba "inequívoca" de la mayor repercusión turística de esta fiesta, ha precisado.

Este año les ha correspondido a los jóvenes David Pérez y Álvaro Lapresta ocuparse de la labor propia de los barroseros en los actos centrales del martes de Carnaval.

La estructura de La Barrosa, o fingida res vacuna, está construida por un armazón de madera de forma rectangular que sirve de soporte de una sábana blanca que lo cubre a modo de faldón.

Por los laterales se ve engalanada por cintas de colores rojo, azul, amarillo, morados, verdes, y otras tonalidades, componiendo simetrías a las que incorporan escarapelas o cachirulos de las que penden cintas de seda también multicolores.

En la parte trasera porta un apéndice a modo de rabo y oculta media docena de cencerros.

En el frontal se dibuja con tira negra el rostro del bóvido, que luce otro vistoso cachirulo en la frente, sobresaliéndole las astas, auténticas, injertadas.

En el desarrollo del festejo, el estudioso José María Martínez Laseca ha diferenciado dos partes.

La primera, que ha transcurrido hoy por la mañana, viene marcada por la salida de La Barrosa con los dos barroseros, para desarrollar un minucioso recorrido por todas y cada una de las casas del pueblo, solicitando a los vecinos el donativo de rigor.

A medida que los barroseros se desplazan de un lado a otro sacuden la estructura, que emite de este modo el tintineo de sus cencerros colgantes.

Todo lo recaudado en esta ronda callejera sirve para permitir la posterior cena comunal.

Ya por la noche, la Barrosa será introducida por los barroseros en el salón de baile, donde se concentra el vecindario, que asiste a la escenificación de la muerte del animal simulado.