Dos economistas optan a la Presidencia de la República Checa

Praga.-  El Parlamento de la República Checa elige este viernes al jefe de Estado, según un complejo proceso electoral en el que parte como favorito el actual inquilino del Castillo de Praga, el conservador Vaclav Klaus.

ampliar foto

(EFE)

El presidente de la República Checa Vaclav Klaus (i) y el candidato a la presidencia Jan Svejnar (d) durante un debate pre-electoral en el social demócrata Club Senado en Praga, República Checa.

Como cada cinco años, los 200 diputados y 81 senadores del país centroeuropeo se reúnen en sesión conjunta en la Sala Española del Castillo para escoger a uno de los candidatos.

En esta ocasión podrían revalidar a Klaus, padre de las reformas económicas de la década de los años 90, o escoger a su único contrincante, el checo-americano Jan Svejnar, también economista y fundador del instituto CERGE-EI.

Dada la buena evolución de los indicadores macroeconómicos, la campaña ha revestido tintes anacrónicos y girado en exceso sobre las políticas implementadas en la década de los años 90, para validarlas definitivamente o cuestionarlas.

A más de 15 años vista, Klaus acaba de publicar su libro "Datos macroeconómicos de la transformación checa", donde ve respaldados sus logros y da por buena su debatida estrategia de privatización por cupones.

Svejnar, que tiene doble ciudadanía, ha repetido que el país necesita un líder ajeno a los desmanes de la transformación económica, con su reata de "tunelajes", término acuñado en este país con el que se designó el levantamiento de bienes en multitud de empresas, debido a la falta de un marco jurídico adecuado.

Por lo demás, los debates pre-electorales se han centrado más bien a lo ideológico, y han hecho suscitar las diferencias en asuntos como el recalentamiento global de la atmósfera, el proceso de integración comunitaria y la adopción del euro.

Aunque los checos no tienen un sistema presidencialista, el cargo está asociado a un indudable prestigio ya desde la fundación del Estado checoslovaco por T.G.Masarik en 1918, cuando el país se disgregó de la monarquía austro-húngara.

No es de extrañar que los dos únicos titulares en la historia de esta joven democracia tras la caída del comunismo en 1989, Vaclav Havel y Vaclav Klaus, hayan ejercido la Presidencia con carisma, empeñados en su alto simbolismo.

A diferencia de Havel, que sufrió durante un lustro penas de cárcel por disentir con el régimen y mantuvo luego en la democracia las distancias respecto al Partido Comunista de Bohemia y Moravia (KSCM), Klaus ha representado el fin del ostracismo de este partido, a pesar de sus posturas anteriores.

El carácter secreto de la votación hizo que anteriores convocatorias dieran no pocas sorpresas.

Fue el caso de los comicios de 2003, cuando Klaus se benefició del voto comunista para culminar con éxito su carrera presidencial, y después de haber hostigado a la formación izquierdista, tan vinculada al pasado régimen totalitario.

La primera vuelta de este proceso electoral puede tener hasta tres votaciones y en ella se proclama vencedor el que consigue la mayoría absoluta en cada una de las cámaras por separado, o sea, al menos 101 diputados y 41 senadores.

La constelación de fuerzas en el Senado no ofrece discusión alguna, ya que el Partido Democrático Ciudadano (ODS), el cual preside Klaus honoríficamente, dispone precisamente de 41 escaños.

En la Cámara baja, la coalición gubernamental integrada por la conservadora ODS, la Unión Democristiana (KDU-CSL) y el Partido Verde (SZ) dispone de 100 escaños, pero los verdes han avisado que respaldarán al candidato Svejnar.