La Reserva Federal norteamericana recorta medio punto más los tipos de interés, hasta el 3%

WASHINGTON.-  La ralentización de la economía estadounidense está llevando a la Reserva Federal Norteamericana (Fed) a tomar medidas drásticas. Después de rebajar los tipos de interés la semana pasada tres cuartos de punto, un recorte sin precedentes desde 1984, ayer volvió a optar por otra bajada, en este caso del 0,5%. Este último movimiento deja los tipos en el 3%, su nivel más bajo desde mayo de 2005, y coincide con la publicación del dato de crecimiento de PIB durante el año pasado en Estados Unidos, ejercicio en que este indicador creció un 2,2% tras firmar una desaceleración del 0,6% en el último trimestre.

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REUTERS (EUROPA PRESS)

La ralentización de la economía estadounidense está llevando a la Reserva Federal Norteamericana (Fed) a tomar medidas drásticas. Después de rebajar los tipos de interés la semana pasada tres cuartos de punto, un recorte sin precedentes desde 1984, ayer volvió a optar por otra bajada, en este caso del 0,5%. Este último movimiento deja los tipos en el 3%, su nivel más bajo desde mayo de 2005, y coincide con la publicación del dato de crecimiento de PIB durante el año pasado en Estados Unidos, ejercicio en que este indicador creció un 2,2% tras firmar una desaceleración del 0,6% en el último trimestre.

El Comité de Política Abierta de la Reserva Federal norteamericana optó por recortar en medio punto los tipos de interés, hasta situarlos en el 3%, su nivel más bajo desde mayo de 2005. La decisión de la institución presidida por Ben S. Bernanke se produce apenas ocho días después de que decidiera adoptar una drástica reducción de 75 puntos básicos en los tipos de interés para hacer frente a la ralentización de la economía.

El banco central aludió a las "considerables presiones" de los mercados financieros para justificar esta iniciativa, así como al endurecimiento de las condiciones crediticias para algunos negocios y hogares. Además, la institución señala que los datos recientes muestran una profundización de la contracción sufrida por el mercado de la vivienda, así como un cierto debilitamiento de los mercados laborales. "La decisión adoptada hoy, combinada con las tomadas anteriormente, debería ayudar a promover un crecimiento moderado en el tiempo a la vez que se mitigan los riesgos para la actividad económica. Sin embargo, se mantienen los riesgos a la baja sobre el crecimiento", explicó la Fed.

Tras la primera rebaja, algunos analistas criticaron a la Fed por infravalorar los riesgos que sobre la inflación podría tener esta apuesta por el consumo. Adelantándose a las críticas, el comunicado de la institución reiteró que en estos momentos el control de los precios ha pasado a un segundo plano, puesto que el Comité reiteró su expectativa de que la inflación se modere en los próximos trimestres, aunque "será necesario continuar observando de cerca su desarrollo".

DESACELERACIÓN DEL PIB

La preocupación de la Reserva Federal por la ralentización de la economía recibió ayer la confirmación por parte del crecimiento del PIB de EEUU, anunciado mediante datos preliminares del Departamento de Comercio. En este sentido, el PIB de ese país creció un 2,2% en 2007, lo que supone una desaceleración de siete décimas respecto al dato de 2006, tras sufrir una fuerte desaceleración en el cuarto trimestre en que creció un 0,6%, frente al 4,9% registrado en el tercer trimestre.

La fuerte desaceleración del último tramo refleja principalmente la caída en las inversiones de las empresas y la desaceleración de las exportaciones de EEUU, así como la bajada del consumo personal y el menor gasto por parte de las autoridades federales, que se vio parcialmente compensado por una disminución de las importaciones y el mantenimiento del gasto público por parte de las autoridades locales.

Como efectos inmediatos de la nueva rebaja de tipos, la Bolsa de Nueva York, que se mantenía en negativo desde el inicio de la sesión, entró con fuerza en terreno positivo. Por su parte, el euro se revalorizaba frente al dólar y se acercaba a su máximo histórico de 1,4922 dólares. Asimismo, el petróleo cobraba un nuevo vigor y, tanto el Brent como el Texas aumentaban de precio, hasta los 92,33 y 92,13 dólares respectivamente.