Una carrera interoceánica transcontinental atraviesa la cintura de América

Panamá.-  Panamá es escenario este fin de semana de la única carrera interoceánica y transcontinental del mundo, que a lo largo de 80 kilómetros repite el curso del Canal que atraviesa el país y comunica dos mares.

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(EFE)

Vista general del Casco Viejo de la ciudad de Panamá. Panamá es escenario este fin de semana de la única carrera interoceánica y transcontinental del mundo, que a lo largo de 80 kilómetros repite el curso del Canal que atraviesa el país y comunica dos mares.

En una carrera de relevos, equipos de diez personas atravesarán este domingo el estrecho istmo panameño desde el Mar Caribe hasta el Océano Pacífico, tras salvar cerca de 80 kilómetros, distancia considerada la "cintura de América".

La gesta deportiva, mitad aventura y mitad reto, la rescata de la historia el Club de Orientación de Panamá, un grupo de corredores que recuerda la carrera de entrenamiento y ocio que organizó el aguerrido Comando Sur del Ejército de Estados Unidos mientras estuvo acantonado en el país.

Los militares norteamericanos, de los que llegó a haber hasta 10.000 en Panamá para la defensa del Canal, que ahora administran las autoridades panameñas, celebraron la "Transisthmian Relay Race" entre 1979 y 1993.

Algunos de los organizadores de esta nueva edición, quince años después, corrieron la vieja ruta, que se hacía por el territorio militar designado a cada lado de la vía acuática para garantizar su integridad y por la que, durante muchos años, los civiles no pasaban sin permiso.

"Esta es la primera vez, desde la integración territorial del país, que se corre esta distancia, la misma que identificaron los creadores del ferrocarril transístmico y luego el canal interoceánico", dijo a Acan-Efe Irving Bennett, uno de los promotores de la competición.

Aunque aparentemente corto, añadió, "el tramo tiene toda la carga de ser la distancia que separa y une en América dos litorales y dos corrientes culturales y nosotros lo vamos a hacer a pie".

El promotor de la carrera, que ha participado en el diseño de la ruta y ha recorrido ya el nuevo trayecto, garantizó que participar en esta competencia es una manifestación de autosuficiencia. "Pocas cosas pueden dar actualmente tanta autonomía como trasladarse por propio pie", acotó.

Correr, explicó este maratonista amateur panameño, es una forma de vida que consolida la confianza en uno mismo, y si es de relevos, como la que se anuncia, enseña además a trabajar para un equipo.

El tiempo del recorrido calculado para los equipos promedio es de seis horas, los primeros llegarán en cuatro y los últimos pueden tardar hasta diez, indicó.

"La meta -subrayó- es completar el recorrido y se hace por honor, que es mejor estímulo que el dinero", aunque aseguró que habrá trofeos para los ganadores y una gran fiesta de fin de carrera para todos.

El trayecto deberá ser cubierto por equipos de no más de diez miembros que, sin embargo, pueden ser menos, si se comprometen a cubrir más de los entre ocho y diez kilómetros por corredor estipulados por los organizadores.

Las áreas de transición o de entrega del testigo son diez y en todas habrá jueces de campo que confirmen tiempos y protocolos, con potestad de sancionar las faltas.

Irving Bennett destacó la belleza de la ruta, que parte con el mar de espaldas, el Caribe, y termina con el Pacífico de frente, con suerte, todo a la luz del mismo día.

Pasa por el lago Madden o Alhajuela, una de las reservas de agua dulce que alimentan el Canal de Panamá, y a lo largo de sus esclusas, elevadores de agua que salvan los sólo 26 metros de altura en los que se levanta en este punto la orografía panameña.

Uno de los tramos corre, además, a lo largo de Parque Natural Camino de Cruces, ruta colonial por la que trasegaron las riquezas del Perú, camino a España.

Aunque en su mayoría está asfaltado, el camino tiene el paisaje del bosque húmedo tropical centroamericano.

También es único porque no hay otro que atraviese un continente, aunque en Tailandia se celebra una carrera interoceánica, pero a través de una península que separa el Índico y el Pacífico.

Bennent confía en consolidar la Carrera de Océano a Océano, porque sólo en Panamá hay registro de al menos 750 corredores, muchos maratonistas, que con frecuencia viajan fuera del país para atender sus apetencias deportivas.

Imposibilitado de correr en esta nueva edición, por no ser "juez y parte", ya anuncia para el próximo año la posibilidad de crear, además de las modalidades juvenil, senior, mixto y femenina, la de ultra maratón, o carrera de un solo hombre, para quienes les parezca poco hacerla con relevos.

"El año próximo sí corro", prometió Bennett, que en su juventud formo parte de una expedición británica que cubrió la ruta de Vasco Núñez de Balboa, por la selva cerrada panameña, para descubrir el mar del Sur.

Desde hace cinco años organiza otra ruta de aventura que ha llamado "el reto del indio", con la que piensa registrar un récord Guinness por ser el camino rural transcontinental más rápido, en el que combina bicicleta, caminata y remo.

"Es más fácil medirse en el deporte que en la vida, donde el éxito real no llega hasta el final", confesó Bennett, para quien la adrenalina del deporte es como gasolina.