La toma de posesión de Saakashvili se ve ensombrecida por una multitudinaria protesta

Tiflis.-  Mijaíl Saakashvili tomó hoy posesión como presidente de Georgia en una ceremonia solemne ensombrecida por una multitudinaria manifestación de la oposición, que no reconoce su victoria en las urnas y que exige que abandone el poder.

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(EFE)

Simpatizantes de la oposición georgiana se manifiestan en Tiflis hoy tras la toma de posesión de Mijaíl Saakashvili como presidente de Georgia.

En su discurso de investidura, Saakashvili prometió unir el país y pidió a la oposición sumarse a la tarea de construir una patria fuerte, llamamiento que no fue atendido por sus detractores.

"Ante Dios y el pueblo declaro que defenderé la Constitución de Georgia, su independencia e integridad territorial", pronunció Saakashvili con la diestra sobre un ejemplar de la Carta Fundamental en el estrado erigido junto al Parlamento, en la avenida Rustaveli, la principal de la capital.

Saakashvili llegó al lugar de la ceremonia abriéndose paso entre una multitud de sus partidarios que agitaban un mar de banderas rojiblancas, los colores de la enseña nacional georgiana.

"Pertenezco a todo el pueblo, a cada uno de ustedes", dijo en su discurso de investidura el presidente, que subrayó que las elecciones del pasado día 5 fueron las "más competitivas en la historia de Georgia".

Saakashvili, que inició su segundo mandato en la jefatura del Estado, aprovechó su intervención para hacer un llamamiento a la oposición al diálogo.

"Comprendo a quienes están descontentos con las elecciones, pero el tiempo de la confrontación ha quedado en el pasado. Tenemos una sola tarea: construir una Georgia fuerte", subrayó.

Apenas acababa de concluir el desfile militar que cerró la ceremonia de investidura en la Rustaveli, cuando decenas de miles de opositores se congregaron en el hipódromo de la capital georgiana, a varios kilómetros del lugar donde se celebraron los actos oficiales.

"En Georgia no hay presidente, pues el pueblo no le ha dado mandato al impostor Mijaíl Saakashvili", dijo ante los manifestantes el líder y candidato presidencial de oposición unificada, Leván Gachechiladze.

Según la oposición, Saakashvili no obtuvo la mayoría absoluta necesaria para ser elegido en la primera vuelta y debe medirse en una segunda vuelta con su candidato, que fue el segundo más votado.

Las denuncias de fraude no fueron confirmadas por la misión de observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) que supervisó los comicios.

Según los datos oficiales, Saakashvili obtuvo el 53,47 por ciento de los votos, mientras que Gachechiladze consiguió el 25,69 por ciento, muy por delante de los otros cinco candidatos, que se repartieron los sufragios restantes.

"¡Misha (diminutivo de Mijaíl), vete!", era la consigna más coreada por los manifestantes, "más de 100.000" según los organizadores del mitin.

Gachechiladze afirmó que la oposición se compromete a "no recurrir a la violencia ni a medidas radicales", aunque enfatizó: "Obligaremos a Saakashvili a que devuelva el poder al pueblo".

La oposición convocó a un nuevo mitin de protesta para el próximo martes, esta vez frente a la sede de la embajada de Estados Unidos en Tiflis.

En su discurso de investidura, Saakashvili insistió en que la política de Georgia de integración en la OTAN no apunta contra los intereses de los estados vecinos y resaltó el interés de su país en tener buenas relaciones con Rusia.

"Extendemos una mano de amistad a Rusia, extendemos una mano de cooperación a nuestro vecino del norte. Debemos ser amigos", dijo el presidente georgiano.

Entre los invitados de honor que asistieron a la ceremonia de toma de posesión de Saakashvili se encontraba el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, cuya presencia en Tiflis fue interpretada como una buena señal para las relaciones bilaterales, prácticamente congeladas desde hace varios años.