Los demócratas echan el resto en Nevada y los republicanos batallan en el sur

Washington.-  Los aspirantes demócratas a la Casa Blanca echan hoy el resto en Nevada (EE.UU.) donde mañana Hillary Clinton y Barack Obama se juegan el desempate, mientras los republicanos, que también compiten en este estado, parecen más centrados en Carolina del Sur.

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(EFE)

El ex presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, habla, anoche, en nombre de su esposa en el parque de la Libertad en Las Vegas, Nevada (EEUU). Los aspirantes demócratas a la Casa Blanca echan hoy el resto en Nevada (EE.UU.) donde mañana Hillary Clinton y Barack Obama se juegan el desempate, mientras los republicanos, que también compiten en este estado, parecen más centrados en Carolina del Sur.

Tanto Hillary como Obama, que hasta ahora han ganado en Nuevo Hampshire y Iowa respectivamente, necesitan conseguir el apoyo en Nevada para reimpulsar sus respectivas campañas.

Nevada, según los analistas, ha sido el estado en el que las campañas demócratas han experimentado su primer cambio de estrategia.

Los candidatos, principalmente Clinton y Obama, han suavizado el tono de sus intervenciones y, sobre todo, han dejado de lanzarse criticas mutuas sobre los temas más diversos.

El último debate celebrado esta semana en Las Vegas fue exponente claro de este cambio: los candidatos dejaron de llamarse unos a otros "mi oponente" y pasaron a referirse unos a otros por el nombre de pila "John" (Edwards), "Hillary" y "Barack".

Igualmente cesaron las acusaciones sobre asuntos raciales -Obama y Clinton han intercambiado molestos comentarios respecto a quién es mejor guardián del legado de Martin Luther King, el reverendo negro líder de los derechos civiles en EE.UU.- y, en definitiva, entraron en una faceta más "educada" del debate electoral.

Pero, conscientes de que en política todo cuenta -y en la de Estados Unidos más- no todo es tan bonito como lo pintan.

La decisión de un juez de Nevada de permitir que los empleados de los casinos puedan reunirse en "caucus" en sus puestos de trabajo, lo que facilitará su voto, puede, según los observadores, beneficiar a Obama en contra de Hillary, ya que el senador negro ya ha recibido el apoyo de importantes sectores relacionados con la hostelería en este estado.

Hillary no ha acusado públicamente el golpe, pero sí lo ha hecho Bill Clinton, quien según Candy Crowley, comentarista de la cadena de televisión CNN, parece haber adoptado el papel de "policía malo" en esta historia mientras su esposa aparece como "policía bueno".

En opinión del ex presidente -expuesta de manera bastante agresiva- "algunos votantes van a tener más fácil la posibilidad de votar que otros. Y cuando voten, su voto valdrá cinco veces más que el de otros", dijo antes de indicar que él no tuvo nada que ver con la presentación de la demanda que dio origen a esta decisión.

Hillary, sin embargo, se limitó a indicar que, como siempre en democracia, "cuanta más gente participe, mejor".

La procesión va por dentro porque esa facilitada participación de votantes, que inicialmente podrían estar con Obama, puede acabar con la victoria de entre tres y cuatro puntos de diferencia que los sondeos otorgan a Hillary en este estado, 37 contra 34 por ciento.

El tercer demócrata en liza, el ex senador John Edwards, se coloca bastante por detrás, con aproximadamente un 19/20 por ciento de la intención de voto.

Entre los republicanos, que también celebran "caucus" mañana en este estado, las cosas inicialmente pintan mejor para el ex gobernador de Massachussetts, Mitt Romney, quien podría hacerse con el 25 por ciento de los votos y sumar así una nueva victoria a la ya conseguida en Michigan.

El senador de Arizona, John McCain, figura segundo en los sondeos, con un porcentaje del 20 por ciento, mientras que el ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee les sigue con un 12 por ciento y Rudolh Giuliani, ex alcalde de Nueva York, con un 11 por ciento.

Al ex senador y actor Fred Thompson los sondeos le dan un 10 por ciento, mientras que al congresista Ron Paul, le conceden en torno a un 7 por ciento.

Donde los conservadores libran una batalla más reñida es en Carolina del Sur, el estado donde, también mañana, se celebran las primarias republicanas.

Las elecciones en este estado, sin llegar a tener la relevancia que han tenido a nivel nacional los "caucus" de Iowa y las primarias de Nuevo Hampshire, son consideradas importantes por los observadores, ya que se trata de la primera vez que se pronuncia el sur de los Estados Unidos, una región con características muy especiales.

En el sur, tradicionalmente, el voto negro por un lado y el de la derecha cristiana por otro han marcado diferencias notables con el resto del país.

Inicialmente, las encuestas indican que la contienda conservadora la podría ganar John McCain, a quien le otorgan un voto estimado de en torno al 28 por ciento, seguido del ex pastor protestante y ex gobernador de Arkansas que estos días está volcado en subrayar sus credenciales conservadoras y suristas.

En este sentido, no ha dudado, por ejemplo, en retomar la cuestión de la bandera de la Confederación, venerada en el sur, para captar la simpatía de los votantes.