La violencia en México sigue imparable y se cobra más de cien víctimas en 2008

México.-  La ola de violencia que el año pasado se cobró casi 2.700 muertes en México sigue imparable y ha dejado en lo que va de año más de un centenar de víctimas, con un Estado sin armas suficientes para hacer frente al crimen organizado, dijeron hoy a Efe varios analistas.

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(EFE)

Miembros del Ejército Nacional mexicano en Quintana Roo, localidad de Cancún (México) para dar apoyo a la policía local durante una balacera, el pasado 12 de enero. La ola de violencia que el año pasado se cobró casi 2.700 muertes en México sigue imparable.

La coyuntura se inscribe en un "proceso de desgaste del sistema político mexicano" y rebasa al gobierno del presidente Felipe Calderón, que aún no ha conseguido modernizar el sistema de seguridad pública nacional lo suficiente para hacer frente a los narcotraficantes, opinó Pablo Monsalvo, especialista en seguridad.

Para el experto de la Universidad Iberoamericana (UIA) estamos ante un problema doble: por un lado se está dando una lucha entre los cárteles de la droga del país, y por otro, una incapacidad de respuesta por parte del aparato del Estado.

"No tenemos un sistema de inteligencia que esté al nivel de la confrontación. Respondemos con resorteras (tirachinas) a los bazocas", agregó Monsalvo.

Datos de la Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía) apuntan a un incremento gradual de las muertes en los últimos años, al haber pasado de 1.200 en 2004, a 1.600 un año después y a 2.120 en 2006.

En los últimos días se han registrado crímenes violentos en distintos estados mexicanos: Tamaulipas (nordeste), Baja California (noroeste), en el Estado de México y el Distrito Federal (centro), en la ciudad turística de Cancún, en Quintana Roo (sudeste), y en Michoacán (oeste), todos ellos escenario de tiroteos.

Según Monsalvo el gobierno mexicano se enfrenta al crimen organizado de forma reactiva, con mucha "ineptitud" por la impunidad y corrupción que persisten entre las fuerzas de seguridad.

Para Guillermo Zepeda, especialista en derecho penal del Centro de Investigación para el Desarrollo (Cidac), el año se presenta "muy pesado" porque continúa la "descentralización de la violencia", "los acomodos" entre bandas y "las disputas calle por calle" para el comercio de droga.

"Antes, la violencia se ejecutaba con lujo de crueldad entre dirigentes (...), ahora aparecen asesinados los pequeños distribuidores de droga que debían apenas 3.000 pesos (190 euros), o alguien que se metió en un territorio en pugna", señaló.

El experto lamentó en este contexto la falta de inteligencia policial, el hecho de que el Ejército haya sustituido a los policías en labores de patrullaje y el agotamiento del discurso del "combate frontal" al narcotráfico que mantiene el presidente Calderón.

"No se están reformando a fondo las policías y parece que el Ejército llegó para quedarse", lamentó el analista del Cidac.

Todos estos años, recordó, las cárceles se han llenado de traficantes de droga al por menor, cuya atención consume los recursos que se debieran destinar a inteligencia.

Por su parte, Sergio Aguayo, del Colegio de México (Colmex), lamentó que tras veinte años de decir que el narcotráfico es "la gran amenaza" para México, en el país no ha habido una política de Estado que perdure después de cada mandato presidencial.

El autor del Almanaque Mexicano 2008, que dedica un capítulo monográfico al narcotráfico, señaló que en el país "falta una doctrina moderna de seguridad nacional adecuada a las características del narcotráfico", un fenómeno muy dinámico y lucrativo.

El experto recordó que en los últimos años se ha modificado la naturaleza de este negocio ilícito en el país.

"No sólo somos 'brokers' (intermediarios) que exportan. Ahora hay un mercado local y se exporta a otros territorios", añadió.

Datos citados por el propio Aguayo apuntan a que el mercado mexicano de drogas al por menor mueve ya los 10.000 millones de dólares (6.800 millones de euros) anuales e involucra a unas 250.000 personas.

A ello habría que añadir otra cifra similar cada año en concepto de ingresos por ventas de droga que trafica a Estados Unidos.