Condenado a cuatro años y medio de prisión el pederasta de Porzuna, en Ciudad Real

Ciudad Real.-  El Juzgado de lo Penal número dos de Ciudad Real ha condenado a Francisco G.N, conocido como el pederasta de Porzuna, a una pena 4 años y 6 meses de prisión como responsable de tres delitos de provocación sexual contra otros tantos menores, dos de exhibicionismo y uno de abuso sexual continuado.

La sentencia, que mantiene la situación de prisión provisional comunicada y sin fianza del acusado, añade que no podrá acercarse a los tres menores, de 14, 13 y 10 años, a menos de 500 metros durante tres años, y establece como atenuante la reparación del daño, ya que el procesado pagó, antes de la vista, los 700 y 1.200 euros de indemnizaciones solicitadas, aunque los padres de uno de los menores renunciaron a la misma.

La juez declara probado que durante su residencia de casi un año en Porzuna, donde se instaló Francisco G.N. tras fugarse de un centro de internamiento de Bélgica, el acusado "se ha buscado la amistad y la compañía de menores de edad, invitándoles a acudir a su domicilio y permitiéndoles el uso de su motocicleta, todo ello con el propósito de satisfacer sus deseos más libidinosos".

La sentencia añade que el condenado les mostró en varias ocasiones a los menores, durante las visitas que le hacían a su casa, fotografías de mujeres haciendo prácticas sexuales zoofílicas y de niñas desnudas.

Asimismo, relata que, en cierta ocasión, estando con uno de ellos en la parte de atrás del cementerio, el condenado se bajó los pantalones y los calzoncillos, y le enseñó los genitales, para, a continuación, pedir al niño que le enseñara los suyos, lo que provocó la fuga del menor.

A otro de los niños, que no contaba todavía con diez años en el momento de los hechos, le mostró los genitales en su casa y fotografías similares.

Según la sentencia, "el acusado no padece ningún trastorno psiquiátrico", aunque sí reconoce que "tiene una inteligencia límite que le provoca un retraso mental ligero" que no le impide distinguir qué actos y conductas son ilícitas ni merma sus facultades para conocer la realidad y dominar su voluntad.

Así, la jueza condena a Francisco N.G. a cuatro años y medio de prisión, dos años por un delito de abuso sexual y cinco penas de seis meses por otros tantos delitos de provocación sexual y exhibicionismo.

La Fiscalía y las dos acusaciones particulares, una ejercida en representación de dos de los menores y la otra por el Ayuntamiento de Porzuna, habían pedido que Francisco G.N. fuera condenado a ocho años de cárcel por los mismos delitos, mientras que la defensa del acusado solicitó su libre absolución apelando a su perfil mental.