Bush marcó las bases del proceso de paz en su visita a Israel y Cisjordania

Jerusalén.-  El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha dado por primera vez en su viaje a Israel y Cisjordania detalles de su "visión" de paz en Oriente Medio, que contempla concesiones importantes especialmente de los palestinos.

En una declaración sorpresa a la prensa que lo acompaña en su viaje, en su hotel en Jerusalén, Bush delimitó lo que Estados Unidos cree que debe contener un futuro acuerdo que aspira a poner fin a 60 años de violencia y odio en Tierra Santa.

La declaración apunta a una renuncia al derecho de los refugiados a volver a las casas que abandonaron en 1948 y la anexión por parte de Israel del territorio donde se erigen algunos asentamientos.

Bush llegó el miércoles con palabras de optimismo a Israel, que recibió con los brazos abiertos a un hombre en el que ve un baluarte contra el terrorismo y una mano dura contra el radicalismo islámico.

Su visita, la primera al Levante, parecía destinada a pasar sin pena ni gloria, a tenor de sus vagas manifestaciones iniciales sobre el proceso de paz.

Sin embargo, la declaración del jueves lo cambió todo.

Bush habló tras haberse reunido por separado con el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás.

El Consejero de Seguridad Nacional, Stephen Hadley, dejó entrever que la declaración de Bush refleja una suerte de consenso entre las dos partes, al explicar que refleja los términos del diálogo actual entre ellos.

Bush sugirió que se compense económicamente a los 4,4 millones de personas desperdigadas por los países de la región que reclaman volver a los hogares que ellos o sus padres dejaron en lo que hoy en día es Israel durante la guerra de 1948.

No dio detalles, sin embargo, sobre quién aportaría el dinero o qué cantidades tiene en mente.

Además, habló de Israel como una "patria para el pueblo judío" y un "Estado judío", con lo que parece respaldar la posición del Gobierno israelí de negarse a aceptar a los refugiados árabes, que si volvieran en masa podrían ser una mayoría de la población.

En una carta enviada en 2004 a Ariel Sharon, entonces primer ministro de Israel, Bush dijo que los refugiados deberían regresar al futuro estado palestino y no a Israel.

Sobre el territorio, el presidente señaló que la nueva frontera será diferente a la línea de armisticio de 1949 "de forma que se refleje la realidad actual".

Básicamente Bush indicó con ello que parte de los asentamientos en Cisjordania, considerados ilegales por la ONU, se quedarán dentro del Estado de Israel.

Es una idea que también avanzó en la carta de 2004, cuando Bush dijo que el acuerdo de paz debe tener en cuenta "los centros principales de población israelí que existen actualmente".

En todo caso, el presidente señaló que Palestina debe ser un estado con territorio "contiguo" y no un "queso suizo", horadado por reductos israelíes, una afirmación que agradó visiblemente a Abás durante una rueda de prensa conjunta con Bush en Ramala.

En su declaración del jueves, el presidente instó a terminar "la ocupación" iniciada en 1967, una palabra cargada de peso que ha molestado al Gobierno israelí, según dijeron fuentes oficiales a la prensa local.

Fue en esa fecha cuando Israel conquistó Cisjordania, Gaza, Jerusalén Este y los Altos del Golán, entre otros territorios.

Durante toda su visita, Bush ha instado a los israelíes a detener la expansión de los asentamientos y desalojar los enclaves ilegales -levantados sin el permiso del Gobierno-, como establece la "hoja de ruta", el plan de paz que fue acordado en 2003, pero que ha estado estancado hasta ahora.

No obstante, Israel ha hecho salvedades. Olmert ha dicho delante de Bush que Jerusalén Este "no está en el mismo estatus" que Cisjordania y continúa la construcción en el lado oriental de la ciudad, que Israel se ha anexionado.

La Casa Blanca no ha querido hacer comentarios al respecto. En todo caso, lo que queda claro tras la visita es que Bush ha metido las manos en la masa de las negociaciones, un cambio radical respecto a su postura en el resto de su mandato.

En lugar de involucrarse directamente, Bush se había concentrado en establecer una democracia en Irak, que, a su juicio, facilitaría la paz en Oriente Medio.