Jerusalén permanece en estado de alerta ante la llegada del presidente de EE.UU., George W. Bush, en una visita que es la primera que hace a Israel y los territorios palestinos para impulsar el proceso de paz entre ambas partes.Activistas del movimiento nacionalista israelí han convocado manifestaciones ante la muralla de la ciudad vieja en protesta por una posible división de Jerusalén y han realizado llamamientos para que se realicen concentraciones en el asentamiento de Har Jomá, en la parte árabe de la ciudad, en contra de un plan del primer ministro israelí, Ehud Olmert, para evacuar decenas de enclaves judíos de Cisjordania.Más de diez mil agentes garantizarán la seguridad de Bush durante su estancia en la ciudad santa, donde se alojará en la suite 622 del histórico hotel Rey David, sede del gobierno británico en la época del antiguo protectorado de Palestina.
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