Intel abandona el proyecto OLPC y se dedica a su propia 'obra de caridad'

Iba a ser la estrella del CES (la feria más importante del mundo de tecnología de consumo), que comienza el lunes en Las Vegas. Pero la última versión OLPC, que funcionaba con un cerebro de Intel, probablemente nunca vea la luz. El fabricante de procesadores se ha retirado de One Laptop Per Child (un portatil para cada niño), el ambicioso proyecto que pretende llevar a millones de niños de los países en desarrollo un portátil barato y adaptado a sus necesidades.

El ClassMate de Intel en un proyecto piloto en Nigeria .

Intel ha explicado su decisión alegando 'diferencias filosóficas' con el proyecto impulsado por Nicolás Negroponte. Un portavoz de la empresa, Chuck Molly, explicó que "OLPC pidió a Intel que finalizara nuestro suporte a otras plataformas, incluido el Classmate PC, y que nos centráramos exclusivamente en la plataforma OLPC". "Al final del día, decidimos que no podíamos adecuarnos a esa petición", dijo Molly.

La multinacional norteamericana se había incorporado en julio del año pasado al proyecto, aportando financiación y ayuda técnica al que fue el primer intento a gran escala de acercar la informática al tercer mundo. De hecho, los primeros OLPC no llevaban sus procesadores, sino otros de AMD. Pero a la vez, se dedicó a su propio proyecto, el ClassMate, una copia sin pudor de la iniciativa original y que, incluso, distribuyen a un precio menor. Negroponte llego a decir públicamente que Intel estaba intentando minar su iniciativa, y que al vender más barato trataban de hacer su proyecto menos atractivo.

Aunque el ordenador se llamó durante su gestación 'el portátil de los cien dólares', al final han sido algunos más los que se han añadido a su precio final. La versión distribuida en Uruguay y Nigeria ha costado 188 dólares. El portátil, lejos de ser un gadget específico para el tercer mundo, ha despertado un tremendo interés en los países desarrollados. Por un lado, en los consumidores, que desean equipos cuidados, ligeros y baratos. Y por otro, en la industria, que ha descubierto ahí un nuevo nicho de mercado. Lejos de convertirse en un asunto de caridad, empresas como la china Asus (cuyo eee cuesta 299 dólares) se han lanzado con éxito a la venta de los nuevos portátiles baratos al primer mundo.

Con su retirada, Intel deja al proyecto en una posición delicada. Al igual que el OLPC, su ClassMate no se vende directamente al usuario final, sino que se negocia por miles con los gobiernos de los países interesados.