Saakashvili busca la reelección y los georgianos el ingreso en la OTAN

Tiflis.-  El líder georgiano, Mijaíl Saakashvili, se juega su futuro en la histórica jornada electoral del sábado próximo, en la que más de tres millones de personas están convocadas a las urnas para designar presidente y decidir en referéndum si quieren el ingreso del país en la OTAN.

Un total de siete candidatos optan a la jefatura del Estado, aunque sólo dos parten con posibilidades reales de victoria: el presidente saliente (Saakashvili) y el líder de la oposición, Leván Gachechiladze.

Según los sondeos, ninguno de los dos aspirantes obtendrá más del 50 por ciento de los votos, por lo que será necesaria una segunda vuelta.

Gachechiladze, diputado y empresario de 43 años, aventaja ligeramente a Saakashvili en intención de voto, diferencia que es de casi cinco puntos en el caso de la capital, Tiflis, escenario de protestas masivas de la oposición en noviembre pasado.

Esas protestas fueron reprimidas violentamente por las fuerzas de seguridad georgianas, tras lo cual Saakashvili decretó el estado de excepción, medida que fue muy criticada por la comunidad internacional, incluido Estados Unidos.

Precisamente con el objetivo de poner fin a la crisis desatada por las protestas y frenar el aluvión de críticas internacionales, Saakashvili adelantó los comicios, en principio previstos para finales de este año.

"¿Cómo que no soy demócrata, si reduzco el período de mi mandato?", dijo entonces Saakashvili, quien fue elegido a principios de 2004 para un período de cinco años.

Saakashvili, que llegó al poder tras desbancar a Eduard Shevardnadze en la incruenta Revolución de las Rosas de noviembre de 2003, es consciente de que no podrá obtener el 96 por ciento de los votos que logró en los pasados comicios.

Por esa razón, destituyó al Gobierno en pleno y encomendó al nuevo primer ministro que duplicara las pensiones y aumentara considerablemente los salarios de los maestros, dos de los sectores más descontentos con las reformas radicales de Saakashvili.

Saakashvili ha perdido apoyos en Occidente, pero tanto EEUU como la Unión Europea reconocen su exitosa campaña contra la corrupción policial y sus reformas económicas liberales.

En cuanto a Gachechiladze, éste se ha ganado el apoyo de buena parte del electorado con la promesa de abolir la figura del presidente para transformar a Georgia en una república parlamentaria y dimitir tras solo unos meses en el cargo.

En su programa electoral, conocido como "200 pasos", se muestra a favor de restaurar los lazos con Rusia, cuyo deterioro ha afectado muy negativamente a la economía nacional, aunque tampoco es contrario al ingreso del país en las organizaciones occidentales.

En el último momento, el hombre más rico del país, Badri Patarkatsishvili, reconsideró su decisión de retirar su candidatura y también participará en los comicios.

Patarkatsishvili, que apoyó las masivas protestas opositoras de noviembre en Tiflis, ha hecho promesas populistas como repartir su fortuna entre la población y comprar con su dinero toda la cosecha vinícola y de cítricos de 2008.

En cuanto al referéndum sobre la OTAN, más del 80 por ciento de los georgianos se ha manifestado en diversas ocasiones a favor del ingreso, aunque en un porcentaje similar se declaran en contra del despliegue de tropas extranjeras en su territorio.

Saakashvili confía en que, a la vista del respaldo popular con que cuenta la Alianza Atlántica, Georgia sea invitada formalmente a entrar en la organización en su cumbre de abril próximo en Bucarest.

Sin embargo, según los expertos, la mano dura utilizada por Saakashvili contra la oposición podría haber costado a Georgia el ingreso a corto plazo.

Un factor que allanará el camino para el acceso a la OTAN es la salida en noviembre pasado de las tropas rusas de territorio georgiano, tras 200 años de presencia militar.

Además, Tiflis ha prometido que no recurrirá a la fuerza para que las repúblicas separatistas de Abjasia y Osetia del Sur vuelvan a su seno, pese a que sigue acusando a Moscú de desarrollar una política de "anexión soterrada" de esas dos regiones, mediante la concesión masiva de la ciudadanía rusa.

Es por ello que tanto Estados Unidos como Rusia seguirán muy atentamente estos comicios, ya que en la votación también están en juego sus intereses.

Saakashvili se ha convertido en el principal aliado de Washington en la región, donde ha forjado un frente común con Ucrania, Moldavia y los países bálticos para contrarrestar la interferencia de Moscú.