A la gente de aquí le dará igual, porque en España, ya se sabe, hay laicismo y destrucción de la familia, y no se respeta nada. Pero a mí se me saltan las lágrimas. ¡Viva el santo padrecito Vladimir! ¿Que no existe Papá Noel? Pues toma si existe: no va a existir, si lo dice el KGB, que lo sabe todo.
Putin no deja pasar ni una cuando se trata del 'Abuelito de Hielo'.
Esto es que una casa de electrodomésticos rusa, la Eto, hacía unos anuncios que decían: "Papá Noel no existe". Así como suena. Y claro, todo tiene un límite. Qué podía hacer el padrecito Vladimir, sino prohibir ese ultraje.
El servicio federal antimonopolio ha mandado que retiren los anuncios, como tiene que ser, porque son 'provocatorios'. El señor Kachevarov, vicepresidente del antimonopolio, lo ha explicado muy bien: "En los anuncios se afirma que los padres mienten a sus hijos, con lo que se provoca una actitud hostil de los niños hacia sus familiares". Más alto se puede decir. Más claro, no.
Papá Noel, en Rusia, se llama Abuelito Hielo, y no sólo existe, sino que tiene residencia fija en Veliki Ustiug, un pueblecito del norte. Además, pasa de trineos y ayudantes enanos: trabaja con la nieta Sneguroka (que significa más o menos 'chica de las nieves'), una elegante señorita vestida con pieles blancas y azules. Cada 31 de diciembre, el Abuelito y la nieta reparten regalos a los niños buenos. Allí, como van con el calendario juliano, la Navidad se celebra el 7 de diciembre, o sea que los Reyes llegan a tiempo para asistir al parto, pero eso no tiene nada que ver.
El padrecito Vladimir no deja pasar ni una, cuando se trata del Abuelito Hielo. El año pasado le cayó un palo a una tienda porque organizó un jueguecito en el que los niños tiraban bolas de nieve a un pobre Abuelito Hielo. El asunto se consideró "atentado contra la dignidad de los ancianos", y suerte tuvieron los de la tienda de no acabar en Siberia. (Todo esto se puede leer, si se maneja un poco el cirílico, en el Rossiskaia Gazeta, www.rg.ru, un diario serio que obedece al Gobierno, a la Santa Iglesia, al Patriarca de Moscú y a quien haga falta).
Ay, Vladimir Putin. Qué hombre. Antes, el mundo era un desorden. Leí una vez que en unos almacenes japoneses, por ignorancia, por resumir o por joder, hicieron la decoración navideña con un Papá Noel crucificado. ¿Leyenda urbana? Puede ser. Pero desde que está el padrecito Vladimir, a nadie se le pasa por la cabeza hacer un segundo intento.
Anatoli es extranjero y célibe. Está dotado de una poderosa ignorancia, lo que le convierte en un polemista temible. Le gustan el fútbol, los membrillos y los sucesos truculentos. Nunca ha escrito un blog. Parece improbable que le permitan intentarlo de nuevo.
Las naciones fuertes se construyen con valores eternos, fuertes principios y costumbres inmutables. Por lo menos eso creen los papanatas. »