Bombillas de bajo coste, un pequeño lujo para la economía doméstica

Santander.-  Sustituir las tradicionales bombillas incandescentes por las nuevas de bajo consumo es un pequeño lujo para la economía doméstica, según la opinión casi unánime de los centenares de personas que hoy se han acercado hasta una plaza de Santander donde el Gobierno de Cantabria las ha repartido gratis.

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(EFE)

Centenares de santanderinos hacen cola para recoger de modo gratuito y presentando la última factura de la luz, bombillas de bajo consumo que distribuye la ConsejerÍa de Medio Ambiente, en una campaña denominada " Desafío un millón de bombillas".

A las nueve de la mañana, cuando la patrulla de desarrollo sostenible instalaba la carpa donde dos horas después entregaría un paquete de tres bombillas y material informativo sobre la eficiencia energética a todos los vecinos que presentasen la última factura de luz, un centenar de personas formaban cola.

Poco antes del mediodía, una hilera humana, a la que se habían sumado varios centenares de ciudadanos, se distribuía en zigzag ocupando toda la plaza de Pombo, en el centro de la ciudad.

Marta, la última de la fila en ese momento, explica en declaraciones a EFE que ha empezado a poner bombillas de bajo consumo en su casa hace unos meses pero que, como son "bastante caras", las va comprando "cada cierto tiempo".

"Todavía me quedan algunas lámparas sin ellas y quiero aprovechar para ponerlas todas", reconoce nada más llegar a la plaza de Pombo, en su primer día de vacaciones, al tiempo que añade: "ya veré cuánto aguanto, si espero hasta el final o me voy antes".

A su lado, un jubilado llamado Gregorio García dice que, en lugar de estar paseando, está descansando en la cola a la que se ha acercado "por pasar el rato".

Gregorio, que cuenta que tiene varias bombillas de bajo consumo en casa, insiste en que "no son para cuando enciendes y apagas, tienen que estar mucho tiempo encendidas porque, si no, salen muy caras".

En el centro de la plaza, Fidel, que ha estado en la cola desde las 9.50 horas, sale de la carpa donde acaba de conseguir su bolsa con tres bombillas y material informativo sobre el ahorro energético.

"Me he enterado de esto y he dicho voy a aprovechar porque he oído que son caras -a seis o siete euros cada bombilla-", explica al tiempo que lamenta que haya mucha gente porque, en su opinión, alguno se intentará colar y "puede haber follón".

Miguel Ángel, que también acaba de recoger las tres bombillas que la Consejería de Medio Ambiente regala gratuitamente dentro de la campaña "Desafío un millar de bombillas", explica que, cuando llegó, sobre las 10.15 horas "había unos 20 metros de cola".

Por ello, recomienda "madrugar un poco y tener paciencia" si se quiere conseguir estas bombillas de bajo consumo, que en su caso utiliza en la entrada y en el baño.

Paloma, miembro de la patrulla de desarrollo sostenible, informa a Rocío que ha llegado muy tarde y que, seguramente, cuando quiera llegar a la carpa no quedarán bombillas.

No obstante, la invita a volver por la tarde o acercarse al resto de puntos de la ciudad donde también se desarrollará la campaña a lo largo del mes de enero.

Rocío, que ha llegado tarde porque ha tenido que hacer la compra, preparar la comida y dejar todo listo, se queja: "tendrían que organizarlo de otra manera, porque ofrecen cosas, intentamos conseguirlas y es un pitorreo".

Tampoco está satisfecho Luis Cardenal quien dice que "no esperaba que hubiera aquí 3.000 personas" y se pregunta por qué no habrán instalado dos carpas.

"En vez de dos chicas, tenía que haber seis u ocho", añade indignado, al tiempo que comenta "imagínese que está lloviendo o hace un frío como el del otro día. Es una de las muchas chapuzas que hay en este país", dice.

Aunque ya tiene en la mano el paquete de tres bombillas de bajo consumo, José Reguero llama "sinvergüenzas" a los responsables de esta iniciativa, ya que, en su opinión, "no hay derecho".

Reguero, que se pregunta por qué su hijo tiene que volver otro día, añade que "es la mayor vergüenza que puede haber, tenían que estar aquí Revilla y Zapatero".

Sentada en un banco, Fernanda San Miguel, dice que "es un error lo que están haciendo", porque, a su juicio, "debían poner algo para personas mayores como yo, con 80 años, que ya no podemos estar a la cola una o dos horas".

Fernanda, que descansa mientras su amiga María guarda cola, comenta que, con la pensión que tiene, le alcanza para pagarlas.

Junto con el precio, algún ciudadano como Rocío se queja de que las bombillas de bajo consumo "para el precio que tienen, no duran tanto como aseguran".

Sin embargo, José, propietario de comercio de electricidad, afirma que "hay que saber usarlas" e insiste en que no pueden estar en un sitio como un pasillo donde se encienden y se apagan porque, si se hace a menudo, se les acorta la vida.

Para sacarles el rendimiento, recomienda instalarlas en un sitios como portales donde se encienden y no se apagan, porque así el consumo es menor.

Las bombillas de bajo consumo permiten ahorrar hasta un 80 por ciento de la energía que necesitan las incandescentes, emiten menos CO2 a la atmósfera y duran ocho veces más que las convencionales.

Su precio, según el propietario de este establecimiento de electricidad, varia en función del modelo y la potencia, desde los siete u ocho euros de las normales, hasta los 14 o 20 de las de tipo globo.