La dimisión de Joan Castells, segundo adiós por la puerta de atrás

Barcelona.-  La dimisión del vicepresidente segundo de la Federación Catalana de Fútbol (FCF), Joan Castells, es el segundo adiós del empresario catalán por la puerta de atrás en el mundo del deporte, después de que en el 2002 también presentase su renuncia al cargo de directivo del FC Barcelona.

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(EFE)

La dimisión del vicepresidente segundo de la Federación Catalana de Fútbol (FCF), Joan Castells, es el segundo adiós del empresario catalán por la puerta de atrás en el mundo del deporte, después de que en el 2002 también presentase su renuncia al cargo de directivo del FC Barcelona.

Da la coincidencia de que la dimisión como vicepresidente del Barcelona se produjo exactamente hace cinco años, cuando el 19 de diciembre del 2002 renunció a su cargo, después de la crisis galopante que estaba atravesando la junta de Joan Gaspart, quien pocos meses después también abandonó voluntariamente la entidad.

La junta directiva de la Catalana aceptó anoche en su reunión mensual la dimisión que ya había presentado días atrás Castells, quien había aducido motivos profesionales para cesar en sus funciones, aunque su adiós también esconde algunos de los problemas y tensiones que se viven en algunos ámbitos federativos.

Joan Castells había aceptado la vicepresidencia de la Catalana y la parcela económica cuando el presidente de la FCF, Jordi Roche, ya había ganado las elecciones. De aquella oferta hace once meses y el nuevo presidente pretendía rodearse de personas afines y de su perfil, después de que fuese perdiendo la confianza en el colectivo con el que concurrió a las elecciones.

El nombramiento del ya ex vicepresidente provocó la dimisión del anterior máximo responsable de las finanzas, Joan Ventura. Además, Castells también adquirió la responsabilidad en la parcela de relaciones con la Federación Española, hecho que no agradó a parte de los directivos que habían acompañado a Roche en las elecciones.

Según ha podido saber EFE de fuentes de la Catalana, la relación entre el presidente y muchos de sus directivos es mínima, hasta el punto de que el máximo responsable de la federación ha llegado a programar reuniones de la junta muy de tanto en tanto porque entiende que muchos de sus colaboradores no aportan valor añadido a las reuniones y están pendientes de asuntos banales.

Como consecuencia de los objetivos, en algunos casos antagónicos, entre el presidente y algunos de sus directivos, Jordi Roche ha decidido desde hace algunos meses ejecutar las promesas de su programa electoral y evitar discusiones y enfrentamientos con sus socios disidentes.

No obstante, esta línea de trabajo no ha sido obstáculo para que dentro de la Catalana, que ha presentado números negros y récords de licencias de jugadores en los últimos años, se hayan vivido tensiones y enfrentamientos que, como en el caso de Castells, hayan deparado en dimisiones.

Castells se habría sentido indispuesto para trabajar para la catalana, no tanto por culpa de la acción de gobierno de Roche, con quien mantiene una excelente relación, sino por el desgaste que ha sufrido por la crítica interna procedente del grupo de directivos contrarios a su nombramiento y con el presidente.

Debido a esta causa y al agotamiento mostrado por el empresario catalán, Castells ha presentado la dimisión, aunque también existe una doble visión, puesto que el ya ex vicepresidente de la Catalana se había postulado para ser el hombre de la FCF en la candidatura de Mateu Alemany en las elecciones a la Federación Española.

Como consecuencia de que las elecciones a la Española serán después del verano, Castells se habría mostrado poco predispuesto a soportar durante casi un año más las presiones internas en la Catalana y el escaso apoyo que tenía por algunos de sus compañeros de la junta directiva.