Actuarán en unos 100 km. de tendidos eléctricos para evitar la muerte de aves

Logroño.-  El Gobierno de La Rioja e Iberdrola actuarán entre 2007 y 2008 en unos ochenta a cien kilómetros de tendido eléctrico en la región, sobre todo en la zona de La Rioja Baja, para evitar la muerte de aves y que ello afecte al suministro de energía.

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(EFE)

Vista de una de las torres del tendido eléctrico de alta tensión de Guillena (Sevilla) a Palos (Huelva) en el que científicos de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) ensayan modelos diferentes de 'Salvapájaros' como el de aspa, a la ziquierda o el de espiral, a la derecha, para deterimar el más efectivos para prevenir la colisión de aves.

La consejera de Turismo, Medio Ambiente y Política Territorial, Aránzazu Vallejo, y el delegado de Iberdrola en La Rioja, Jesús Aguado, han firmado hoy un convenio de modificación de líneas eléctricas para la protección de la avifauna durante el actual ejercicio y 2008, con una inversión de 232.000 euros.

Ello permitirá aplicar medidas correctoras que reduzcan o eliminen los efectos perjudiciales que las instalaciones aéreas de alta tensión causan en las aves.

Los datos de Vallejo indican que, entre 2002 y 2006, se contabilizaron 121 aves muertas en tendidos eléctricos de alta tensión en La Rioja, de las que el ochenta por ciento fue por electrocución y el veinte por colisión.

La mortalidad más alta se registró en los buitres leonados, con treinta ejemplares muertos, seguidos de quince de corneja negra, de catorce de busardo ratonero y doce de milano real.

La consejera también ha precisado que, desde 1998 hasta 2006, se han adaptado 63 tendidos eléctricos y se ha actuado sobre unos 182 kilómetros de líneas eléctricos para convertirlas en lugares seguros, con una inversión de unos 408.000 euros.

El delegado de Iberdrola en La Rioja, Jesús Aguado, ha señalado que el convenio suscrito hoy, en el que la inversión es aportada al cincuenta por ciento por parte de los firmantes, contempla algunas actuaciones en líneas eléctricas completas.

Los trabajos consisten, sobre todo, en la adopción de medidas para evitar la electrocución de las aves, como el aislamiento de cables y la instalación de "farolillos" que eviten los puentes flojos por encima de los travesaños en lo que suelen introducirse a menudo las aves.

También se acometen acciones orientadas a evitar la colisión, como la colocación de "salvapájaros", que es un objeto que facilita la visibilidad del tendido.

Estos proyectos pretenden adaptar los tendidos eléctricos a las normas recogidas en un decreto de 1998, que establece los requisitos y características técnicos que deben reunir las nuevas instalaciones eléctricas aéreas y los planes de reforma de las antiguas líneas para proteger a las aves.