La inversión y el crédito siguen al alza, pero la construcción contiene sus plantillas

Santander.-  La economía de Cantabria creció un 4,03 por ciento en el tercer trimestre, un periodo en el que repuntaron de forma notable la inversión de las empresas en bienes de equipo y el crédito concedido por los bancos, mientras que la construcción contuvo sus plantillas a pesar de haber logrado un resultado récord.

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(EFE)

El consejero de Economía y Hacienda de la Comunidad Autónoma de Cantabria, Angel Agudo, hoy en Santander.

Estos son algunos de los principales datos que recoge el "Boletín de coyuntura económica" del Gobierno de Cantabria, de los que el consejero de Economía, Ángel Agudo (PSOE), extrae este análisis: la inversión empresarial y la banca confían en el futuro, pero el patrón de crecimiento regional está cambiando, depende cada vez menos de la construcción y suma otros factores, como la industria.

"Hay confianza en los empresarios porque se está incrementando la inversión productiva, fundamentalmente en la industria; hay una apertura de la economía al exterior cada vez más intensa (...); hay cada vez más equilibrio en el crecimiento, con menos peso del consumo interno y la construcción y más peso de la industria; y hay una fortaleza muy importante del mercado de trabajo", ha señalado.

La tasa de crecimiento que el boletín asigna a Cantabria en el tercer trimestre del año se sitúa en el mismo nivel contabilizado por el ICANE para los tres meses precedentes (4,03% frente 4,1%) y sigue por encima tanto de la media nacional (dos décimas de diferencia) como de la comunitaria (1,1 puntos de diferencia).

El consejero ha admitido hoy la posibilidad que la economía cántabra desacelere su expansión algunas décimas en los próximos meses, pero también ha defendido que si Cantabria creciera en el entorno del 3,8 por ciento en 2008 y de una manera más equilibrada, eso sería "muy positivo" para la comunidad autónoma.

En el tercer trimestre del año, el motor del crecimiento económico de Cantabria siguieron siendo la industria, con un repunte del 4,86, y la construcción, con un crecimiento del 6,55 por ciento, el mayor que vive el sector desde hace cinco años.

Sin embargo, los datos oficiales indican que ese récord de crecimiento de la construcción coincide con otra serie de datos que parecen indicar que el sector ha llegado a "un punto de inflexión" para encaminarse a "un suave aterrizaje".

A ello están contribuyendo la ralentización de la obra pública, sobre todo la dependiente de las comunidades autónomas y los ayuntamientos, y "el enfriamiento del mercado de la vivienda". Como resultado, el sector redujo su número de empleados un 0,55 por ciento respecto al mismo trimestre del año pasado.

Agudo ha considerado que es posible que en el trimestre pasado la construcción hiciera cierto ajuste de plantillas tras un largo periodo de expansión, pero también ha insistido en que no conviene hacer un análisis a partir de los datos de un solo trimestre.

Respecto al resto de los sectores, el boletín de coyuntura indica que los servicios de mercado atenuaron su crecimiento, hasta situarse en una tasa del 2,9 por ciento. Parte de esa contención del crecimiento se debe al sector turístico, donde el número de pernoctaciones cayó un 6,8 por ciento respecto a 2006.

En cambio, los servicios no sujetos a mercado mejoraron su comportamiento, para crecer un 3,17, y el sector primario siguió perdiendo posiciones, aunque menos que en los meses precedentes.

En cuanto a la demanda, el consejero ha resaltado el hecho de que la inversión en bienes de equipo haya subido un 45 por ciento, porque lo considera indicativo "de un altísimo grado de confianza de los empresarios en el presente y en el futuro de la economía de Cantabria". "Nadie invierte si no tiene confianza", ha subrayado.

También ha destacado Agudo "el dinamismo" del sector exterior, con unas exportaciones que crecieron al 12,7 por ciento y una importaciones que repuntaron un 17,5. Para el consejero, esas cifras revelan que la economía cántabra es cada vez más abierta y competitiva, a pesar de la incidencia que tiene sobre sus ventas en el exterior la inflación en España y la fortaleza del euro.