Biel ofrece un pacto por Gran Scala después de la primera y obligada "discreción"

Zaragoza.-  El vicepresidente aragonés, José Ángel Biel, ofreció hoy a los partidos políticos aragoneses trabajar por lograr un consenso y un "gran pacto" en torno al proyecto de Gran Scala, que en un primer momento tuvo que negociarse, por su propia naturaleza, con obligada "discreción".

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(EFE)

En la imagen del pasado mes de noviembre, el vicepresidente del Gobierno de Aragón, José Ángel Biel.

Biel compareció ante el Pleno de las Cortes, a petición del PP, para explicar los pormenores de ese gran complejo de ocio y juego que se proyecta construir en 2.000 hectáreas de Los Monegros, con una inversión de 17.000 millones de euros, y que ayer se presentó oficialmente en Zaragoza por parte de los responsables de las empresas promotoras.

La falta de transparencia, el secretismo con el que el Gobierno de Aragón ha llevado las primeras negociaciones y la escasa información fueron las principales críticas que los grupos de la oposición vertieron contra "las formas" con las que se viene desarrollando el proyecto, aunque el único portavoz que se pronunció claramente en contra del fondo y el contenido del mismo fue el de IU, Adolfo Barrena.

José Ángel Biel explicó que el Ejecutivo, conocedor del proyecto desde hace "diez o doce" meses, no podía dejar pasar esta oportunidad ni permitirse el lujo de perder una "oportunidad magnífica" de inversión en Los Monegros.

Se negoció con discreción, e incluso las conversaciones se paralizaron durante dos meses en coincidencia con la campaña electoral y las elecciones autonómicas y municipales del pasado mayo, pero una vez hecho público el proyecto pidió la "colaboración de todos" para que éste llegue a buen puerto.

A Biel le "interesa" que todos los grupos, y especialmente el PP, estén de acuerdo con el proyecto de Gran Scala, y apostó por consensuar una ley "única" que regule de manera conjunta todo el proyecto, que también requerirá la modificación de otras normas, como la Urbanística o la del Juego.

Biel, que intervino en el pleno en lugar del consejero de Economía, Alberto Larraz, a quien iba dirigida en principio la petición, aseguró que dentro de la discreción el líder del PP, Mariano Rajoy, "recibió recado" de la magnitud del proyecto, algo que sin embargo negó el portavoz popular en las Cortes, Antonio Suárez.

Respecto al proyecto, el vicepresidente enumeró las razones que han llevado a los promotores a elegir Aragón: situación geoestratégica, clima, disponibilidad de agua y energía, buenas comunicaciones y competencias políticas.

Y también habló de los compromisos adquiridos por el Ejecutivo en el protocolo de intenciones firmado ayer, como son impulsar las infraestructuras necesarias, facilitar la gestión de los suministros energéticos, proveer los servicios acordes con las necesidades, adecuar la normativa que sea de aplicación y asistir a los promotores en la localización del terreno, punto para el que también pidió la ayuda del PP.

Suárez, por su parte, echó en falta compromisos concretos por parte de los promotores en cuanto a inversión o puestos de trabajo y, sobre todo, respecto a la ubicación, por lo que consideró que el Ejecutivo ha firmado "en blanco" un protocolo que pidió además que le sea enviado.

Su principal reproche es, no obstante, a las formas, porque el Gobierno de Aragón ha faltado al respeto al Parlamento al no informarle y quiere "capitalizar" la idea, al tiempo que imploró al Ejecutivo que "mida muy bien" los riesgos.

Por su parte, el portavoz de CHA, Chesús Yuste, reconoció que se trata de una inversión "excepcional" y un foco de atracción turística para Aragón, aunque pidió al Ejecutivo que actúe con la máxima "transparencia" porque se trata de una iniciativa que provocará "un cambio de 180 grados al sector de juego en Aragón".

Preguntó a Biel sobre los gastos a los que tendrá que hacer frente el Gobierno de Aragón, sobre la ubicación exacta de este complejo de ocio, los accesos al mismo, la normativa que habrá que modificar, si respetará el medio ambiente y en qué medida deberá comprometerse el Gobierno central en esta iniciativa.

El vicepresidente aseguró que Gran Scala se construirá en Los Monegros, cerca del AVE y de la autovía, aunque no detalló si en "el corazón o en el hígado" de la comarca.

Garantizó que el Ejecutivo no participará en la inversión privada pero sí deberá construir más escuelas, centros de salud o mejorar las carreteras, algo que será "una alegría" porque significará que el proyecto funciona.

El Gobierno asistirá a la promotora a la hora de elegir los terrenos en los que se construirá este parque de ocio, y afirmó que el desarrollo sostenible será la "primera condición".

Adolfo Barrena calificó el proyecto de "agresión a los valores de la cultura mediterránea", ya que se trata de una "apuesta por el juego, el negocio rápido y esas cosas que suelen ir asociadas a los centros de relax y alto standing", y preguntó al Gobierno por quién pagará los servicios generales que serán necesarios en la urbanización.

Lamentó que se defienda un proyecto "de moral dudosa" e "insostenible", teniendo en cuenta que en Aragón se ha luchado durante ocho años por una utilización racional del agua y contra "la locura del trasvase" del Ebro.