Los dominicanos afectados por la tormenta "Noel" luchan ahora contra el lodo

Barahona (R.Dominicana).-  Los habitantes de varias comunidades del suroeste dominicano, que figuran entre las más afectadas por la tormenta tropical "Noel", rehacen sus vidas un mes después de la catástrofe en una lucha diaria contra el lodo, convertido ahora en su principal enemigo.

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Palo Alto, Bombita y Jaquimeyes son tres comunidades de la provincia de Barahona en las que el agua, que quedó estancada durante días tras la tormenta, dejó una espesa capa de fango que ha invadido todos los rincones de las calles y las casas.

La dureza de la vida cotidiana, que según algunos de los vecinos no ha cambiado demasiado, se observa al recorrer estas poblaciones. Aunque muchos ya no tienen ni siquiera trabajo en el campo, ya que la tormenta "Noel" también anegó los cultivos, lo cierto es que siguen siendo igual de pobres que antes.

Las tres comunidades fueron evacuadas al desbordarse el río Yaque del Sur y sus habitantes pasaron más de dos semanas en casas de familiares o en la Villa Olímpica de la ciudad de Barahona, que se habilitó como refugio.

Hace tan sólo doce días los habitantes de estas localidades pudieron regresar a sus hogares y allí se encontraron con un desolador panorama. La mayoría ha tenido que sacar mesas y sillas fuera de sus casas y a colocar los colchones a secar en los tejados.

"Todavía duermo en el suelo", dijo a Efe Muna Luis Antoine, madre de nueve hijos que cada noche deja a varios de ellos dormir sobre el único colchón seco que queda en la casucha en la que viven y en la que todavía gran parte del suelo está cubierto de barro.

Por otro lado, la ONG Intermón Oxfam lleva a cabo en estos municipios un proyecto de extracción de lodo que pretende evitar la proliferación de enfermedades y preservar el entorno en las mejores condiciones posibles.

Así, media docena de palas mecánicas se ocupan de la extracción del fango, que luego es trasladado en carretillas por voluntarios de esta organización a un lugar apartado.

Una de las voluntarias que trabajan en asuntos de higiene en Jaquimeyes, María Jequelinis Matos, explicó que lo que se pretende es, sobre todo, evitar la proliferación de enfermedades.

"El lodo es un criadero de mosquitos y bacterias y actúa como transmisor de enfermedades a través del contacto con la piel", indicó a Efe Matos, quien subrayó la importancia de retirar el fango para recuperar un estado de higiene.

Por eso, uno de los vecinos de la zona, Luis Ernesto Batista, se afana junto a sus hijos en retirar con palas la espesa capa de barro que cubre el interior de su vivienda.

"Queremos volver a casa, pero así no podemos entrar, primero hay que limpiar todo esto", explicó Batista, quien todavía permanecerá varios días con su familia en otra vivienda que posee en una comunidad vecina hasta que terminen ésta de limpiarla.

Pero la presencia del lodo no es el único problema y las ONGs trabajan también en proyectos de educación y concienciación de la población en materia de salud e higiene.

Asimismo, otra necesidad imperiosa en esta región es el suministro de agua potable que se ha conseguido gracias al trabajo conjunto de la Cruz Roja dominicana, la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) e Intermón Oxfam, que gestionan una planta potabilizadora en Palo Alto.

Esta instalación está formada por cuatro equipos de potabilización que extraen agua del río Yaque del Sur y, en sólo una hora, la purifican por medio de un proceso de filtrado y tratamiento químico.

Según explicó el técnico en potabilización de agua Miguel Peralta, Intermón Oxfam distribuye con camiones cisterna un promedio de 90.000 litros de agua al día en las comunidades de Jaquimeyes, Bombita, Algodón, Habanero, Pescadería y Palo Alto a unas 4.000 familias.

Así, un mes después de la tormenta, la vida continúa en estas pequeñas y pobres comunidades que han perdido lo poco que tenían, pero no la sonrisa de los niños, que juegan y corren por las calles mientras los mayores buscan el modo de encontrar algo para comer cada día.