Desde que los hombres forman comunidades políticas, que es casi como decir que desde que el mundo es mundo, el golpe de Estado como forma de subversión del poder establecido ha sido un hecho habitual. Sin embargo, no será hasta el año 1639 -año en que Gabriel Naudé publicó sus Considérations politiques sur les Coups d´Etat-, cuando encontremos la primera vez, según la teoría política, en que la expresión fue utilizada de modo sistemático. En aquel tiempo, los golpes no tenían la mala fama de la que gozan en la actualidad. Para Naudé, podían llegar a ser acciones audaces y extraordinarias que los príncipes se ven obligados a ejecutar (...), contra el derecho común y sin guardar ningún orden ni forma de justicia, arriesgando el interés de los particulares por el bien general. Un golpe de Estado representaba algo así como la aplicación técnica de la razón de Estado por parte del gobernante, y convertía a éste en algo así como un salvador de la patria en peligro.
Pese a las protestas internacionales, miles de hondureños han celebrado la asonada como muestra de repulsa al chavismo
Sin embargo, esta lógica se vería adulterada por la filibustera presunción de que siempre existirá una justificación para actuar por el bien de la nación, generalmente adornada -pese a suponer el paso previo para la implantación de una dictadura- con el corolario de actuar en defensa de la democracia.
La experiencia latinoamericana es en este sentido muy tristemente ilustrativa. Décadas de explotación, ambición, violencia y pobreza han terminado produciendo nefastos e inverosímiles regímenes políticos. Ya no se trata sólo de la figura del caudillo, del cacique, del mítico demiurgo que la literatura, desde Sarmiento o Valle hasta el Trujillo retratado por Vargas Llosa, pasando por Asturias, Uslar Pietri, García Márquez, etc. nos ha legado; tampoco del general o coronel bravucón y desalmado que emergió en los años 70. No. La hibridación que se ha producido en el continente ha provocado mutaciones que son como el reflejo distorsionado en el azogue de esas formas puras con las que nos habíamos familiarizado. Nacía el dictador líquido, aquel que aspiraba a perpetuarse legalmente en el poder.
Fujimori, que remendó la Constitución para desempeñar un segundo mandato; Menem, Cardoso, Uribe, y por supuesto, Hugo Chávez -quien, tras fracasar a la hora de intentar hacerse con el poder por las bravas, decidió, como hiciera Hitler, servirse de los cauces democráticos-, ejemplifican esa tentación de permanencia.
Sólo que, cuando creíamos que lo habíamos visto todo, aún nos aguardaba una sorpresa. Esto es, la conversión paulina de un terrateniente representante del tradicional Partido Liberal hondureño en un convencido chavista deudor de las teorías autosucesorias, tan caras al ALBA.
La novedad que supone Zelaya convierte en sumamente complicado calificar el golpe que lo ha echado del poder según las tipologías al uso. Pero, lo peor es que, si bien algo nos dice que la democracia no ha perdido precisamente a un fiel servidor, no sabemos tampoco adónde se conduce el país centroamericano en manos de sus nuevos salvadores.
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Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.
Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...
Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.
A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.
Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Citar este verso de Machado no puede ser más ocurrente al hablar de Mariano Rajoy. Tras la renuncia de Zapatero y las voces que señalan que la estrategia popular podría verse dañada, es necesario preguntarse algo. ¿Ha hecho camino Rajoy? ¿Se ha preparado para ser presidente? Quizás la respuesta sorprenda.
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“Algunos luchamos por tener los pies en suelo.” Lo decía ayer en su Twitter Raül Romeva, uno de los cuatro eurodiputados españoles (Oriol Junqueras, de ERC, Ramon Tremosa, de CiU, Rosa Estarás del PP y él, de ICV) que apoyaron la enmienda para evitar que el presupuesto comunitario de 2012 contemple los vuelos en primera clase de los parlamentarios europeos. No era una excepción. Lo escribía ahí porque es lo que hace siempre: ser transparente.
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Son los cien primeros, como podrían ser doscientos o diez. Lo importante es el concepto. La idea de tener unos días para llevar a cabo la transición desde la oposición al gobierno. Del banquillo, a llevar el dorsal titular. Nunca tendremos una segunda oportunidad de crear una buena primera impresión. Y los cien primeros días son esa primera impresión. Veamos su importancia.
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“Os propongo que sea el Comité Federal, en la próxima reunión que tengamos, después de las elecciones autonómicas y municipales, el que fije el momento de activar el proceso de primarias previsto en los Estatutos del partido para elegir nuestra candidatura a las próximas elecciones generales.” De esta manera, Zapatero ha puesto las primarias en el punto de mira tras anunciar que no será candidato a la reelección. Tras este anuncio, observamos algunas reflexiones sobre el proceso
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