Readmitan a esta pobre gente

Y, por fin, la excusa que necesitaban los ex consejeros de Caja Castilla La Mancha (CCM) para ser readmitidos. Se la dan en el Grupo Sos, justo ese grupo, considerado retiro de oro del ex director general de la caja, Ildefonso Ortega.

Los ex consejeros de Caja Castilla-La Mancha tienen, al fin, una asidera a la que agarrarse con fuerza para reclamar que les sean repuestos sus cargos. Con honores, con emolumentos y con todo. Y además se la ofrece un “amigo”. No tienen más que pasarse por el Consejo de Administración que “alimenta” el retiro de oro del ex director general de CCM, Ildefonso Ortega, y preguntar cómo se las apañaron allí cuando vieron temblar las cabezas de todo hijo de cristiano, y algunos lanzaron el grito de socorro: SOS, me quieren echar de Sos.

La historia no deja de tener sus paralelismos. Créditos concedió CCM, hasta incrementar su ratio de morosidad por encima de las indicaciones del regulador, y dejar un agujero en 2008 de más de 700 millones de euros, una vez establecidas por el Banco de España las correcciones sobre el balance inicial. Un crédito concedió, también, el Grupo Sos, por valor de 212 millones de euros, con garantías cuya devolución reclama el mismo que las comprometió, de nombre Jesús Salazar.

Más. Los créditos de CCM fueron a parar, en buena parte, a empresarios bien relacionados con la caja y que en algunos casos han confesado a tumba abierta su amistad con el presidente de la Junta de Comuidades, José María Barreda. El de la firma alimenticia acabó en manos de Cóndor Plus, sociedad vinculada a Salazar y a su hermano, que ocupaban entonces la presidencia y la vicepresidencia, respectivamente, de Sos.

Y más. Descubierto el pastel en CCM, el presidente de la caja, Juan Pedro Hernández Moltó, fue destituido. Descubierto en Sos, se procedió de igual forma con Salazar. Su segundo de a bordo, su hermano, también fue cesado por el Consejo de Administración. Por su parte, el segundo de Moltó, Ortega, se acogió a la jubilación anticipada… sólo en la caja, mientras seguía como consejero independiente –independientemente de su cargo hasta entonces en CCM– de Sos. La cosa tiene un añadido pintoresco: quienes más ahínco pusieron en la destitución de los Salazar fueron, precisamente, las cajas de ahorro con presencia en el accionariado de Sos. Y un colmillo retorcido: las mismas cajas fueron las que aprobaron el crédito, en una reunión decisiva del Consejo en la que no estuvieron presentes varios consejeros.

Y aún más. En los turbulentos días posteriores a la intervención de CCM, los consejeros de la entidad financiera afirmaron, y afirman hoy todavía, que se sintieron engañados por sus directivos, que les ocultaron datos; hacían así frente a quienes sostenían los juicioso de su cese, por haber sido responsables del desaguisado. En el turbulento Consejo de Administración que se saldó con la destitución de los Salazar, también varios consejeros esgrimieron la queja consabida: jo, seño, no vale, a mí me engañaron, yo no quería, yo no sabía; y también hubo una petición para que todos los consejeros dimitieran por el escándalo, que fue formulada, de hecho, por dos miembros del Consejo: Daniel Klein y Lucas Torán.

Pero, y fin de los paralelismos, mientras que la argucia no ha servido para que los ex consejeros de CCM recuperen su puesto, en el caso de Sos fue su nuevo presidente, Mariano Pérez Claver, quien pidió personalmente que no se echara toda la culpa sobre los consejeros que aprobaron el crédito. Trabajaron con datos falseados, dijo. Y mientras éstos vieron salvado su pellejo, a Klein y a Torán su “deslealtad” –textual– les costó salir por la puerta junto con los Salazar. Con un nuevo componente pintoresco: Klein fue quien había negociado el memorándum de entendimiento con el fondo Lybia Africa Investment Portfolio, que está en el origen del crédito.

Ya tienen base, pues, los ex consejeros de CCM, para regresar a sus cuarteles de invierno de las finanzas. Y, ya que nos ponemos, para exigir a los críticos con la gestión de la caja castellano-manchega que nunca más vuelvan a meter las narices donde no les llaman, so pena de ser “desleales”. ¡Anda, pero si esto ya se lo han dicho en alguna ocasión! Pues más razón para ser readmitidos: además de víctimas de una directiva corrupta, resulta que tienen visión de futuro. Aunque no olieran –dicen, insisten, imploran– ni uno de los euros que CCM llevó a inversiones inmobiliarias. O a las Islas Caimán.

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