El imperio (de la patera) contraataca en Somalia

Somalia, una vez más en la prensa. Pero no es oro todo lo que reluce

Piratas de Somalia: La amenaza de occidente

Convertidos en centro de la actualidad, los piratas somalíes son hoy uno de los frentes de preocupación de la seguridad mundial. Metidos en sus pateras, son capaces de reverdecer el mito del pirata y del Robin-hood al mismo tiempo que representan lo más odiado por el estado de derecho. Con el aumento, en el último mes, de los asaltos a buques y veleros de paso por el golfo de Adén o frente a la larga costa del cuerno de África los gobiernos de la comunidad internacional se han adueñado rápidamente de la situación. Respuesta de urgencia, dicen, 170 millones de euros para la seguridad en la zona , un refuerzo de las tropas desplegadas y la posibilidad de armar los buques privados con seguridad propia . El imperio de blackwaters y demás, que parecía hundido, renace por el bien del PIB mundial.

La cultura pop occidental, nos dice que el imperio contraataca. La flota de guerrilleros, espías, conspiradores, banqueros (ahora árabes), tecnología y corrupción total africana se une para contrarestar a buenas gentes que simplemente ejercen su trabajo... Pero quizá habríamos de preguntarnos alguna cosa más.

Por ejemplo, cuando hablamos de defender a los navíos que por allí transiten estamos de acuerdo en defender también a los yates de británicos, franceses o cualquier esforzado turista de lujo que quiera darse un voltio por allí?

Sabemos y obviamos la existencia de los informes de Naciones Unidas y noticias de toda índole que nos hablan de desperdicios tóxicos  vertidos en la costa de un país sin gobierno, y por lo tanto sin defensa legal ni exigencia de impuestos o retribuciones. Olvidamos la pesca de arrastre de los barcos coreanos y japoneses -en un primer momento- y de otros muchos buques internacionales que se dirigen a una de las zonas atuneras más ricas del mundo sin pagar ni un solo céntimo por su explotación. Sabemos que esta es la misma pesca que, por otra parte, falta a los antiguos pescadores locales reconvertidos en fantasmas sin ocupación alguna. Los somalíes, ellos mismos, se denominan guardacostas -en un término muy significativo- y se encuentran entre la espada y la pared en un país que lleva desde 1991 en una guerra constante.

Decíamos hace unos días  que como andaba el periodismo local como loco con el tema de Somalia, cogiendo de aquí y de allá. De igual manera parecen bailar nuestros gobiernos. Las pateras son siempre respondidas con un aumento de la presión y con la Violencia. Ya sean estas pequeñas embarcaciones, estas paupérrimas embarcaciones, somalíes o mauritanas. Ya intenten asaltar y chantajear o transportar ilegalmente a personas. Dos causas de un mismo fenómeno. Todas y cada una d ellas pateras, las creemos parte de un imperio mafioso internacional que se dedica a robar, violentar, engañar y explotar los sueños de las personas que menos nos importan. Ni más ni menos de lo que (nos) hacemos nosotros mismos, no allí en el lejano continente oscuro sino aquí mismo. Puerta a puerta.

Lo dicho, el imperio contraataca.