¿Adiós al mundo rural?

Los periódicos informan de que el tres de abril de 2010 se producirá el llamado ‘apagón analógico’. Esto supondrá que sólo se emitan canales en señal digital. Para conseguir captar esa señal será necesario comprar un receptor de señal TDT, que es caro, y que según los últimos datos no sabemos si funcionará con la propuesta de TDT de pago (ya que nos obligan a recibir la señal en TDT, lo lógico sería que diesen subvenciones para conseguir los aparatos receptores), pero esa no es la cuestión que nos afecta. Puede ser que de lo que no se informa tanto es de que el apagón analógico es una especie de ataque contra el mundo rural. El intento de reflejar la sociedad de la información a nivel mundial tiene lagunas, y no tiene en cuenta a ciertas minorías.

La Unión Europea propuso mayo de 2005 como fecha recomendada para la total transición de la televisión analógica a la digital, y ha fijado el 2012 como fecha límite para el apagón analógico (sí, sí, es una obligación que todos los países miembros deben cumplir). ¿Qué ocurrirá si no se hace lo que Europa dice? ¿Podremos todos los países conseguir el ansiado mundo digital antes de esa fecha límite?

El gobierno español, con una actitud un poco ilusa, ha fijado esa fecha dos años antes. El estado del desarrollo de la TDT hace pensar que no se podrá cumplir esa meta, o al menos no en unas condiciones que aseguren la igualdad entre todos los ciudadanos. El Estado español pretende colocarse a la altura de países como Alemania o Suecia que tienen mucho más desarrolladas las tecnologías de la información y la comunicación, pero olvida una cosa: es cierto que el 90% tiene acceso a la TDT, pero el 10% restante no, y no es una cifra despreciable.

Significa que cuatro millones seiscientas mil personas (entre ellas son habitantes de zonas rurales) se quedará sin información en la era de la información (¡qué paradoja!). Ciudadanos y pueblerinos deberían tener los mismos derechos, y ser tratados de la misma manera, no conviertiendo a los segundos en ciudadanos de segunda, en personas que viven lejos de la civilización.

Quizás algunos piensen que esto sólo son especulaciones, que el apagón analógico todavía no ha llegado, y que seguramente habrá tiempo para llevar la tecnología a los lugares más remotos. Puede ser. También puede ser que intenten ocultar que el mundo rural no importa, o puede que sólo importe en el verano y en Pascua, cuando todos quieren ir a la montaña.