En Roma, haz como los romanos.

Roma es un destino turístico muy reclamado. Por desgracia, los paquetes turísticos y la masificación hacen que los verdaderos encantos de la Ciudad Eterna pasen desapercibidos al visitante. Si estás dispuesto a saltar del autobús y pasar de la guía, he aquí una lista de lugares que no te puedes perder:

Roma tiene miles de rincones con un encanto especial.

Empezaremos esta visita "alternativa" a Roma por el mismo corazón de la ciudad: la basílica de San Pedro. Pero, por una vez, en lugar de alzar la vista para admirar su cúpula, miraremos al suelo:  ya que en los cimientos del Vaticano se encuentran los tesoros mejor guardados de la cristiandad: el sepulcro de San Pedro, la primera Basílica, así como el lugar donde yacen los restos de los primeros cristianos. La visita a la Necrópolis Vaticana es una experiencia única, que muy pocos turistas han tenido el placer de disfrutar y que sólo puede realizarse mediante reserva previa.

A escasos metros de la basílica se encuentra el pintoresco barrio de Borgo. Parcialmente demolido por Mussolini para ensanchar el acceso al Vaticano, sigue manteniendo el encanto de sus estrechas calles peatonales y sus pequeños negocios. En su calle principal, Borgo Pio, se encuentra una de las latterias más antiguas y pintorescas de Roma, la Antica Latteria Giuliani, donde disfrutar de un buen capuccino con cornetto o un espresso es, más que un placer, una obligación. No  muy lejos de allí, en la Via del Falco se encuentra uno de los restaurantes tradicionales con más solera de la capital: Da Benito e Gilberto, con una excelente carta de pescado fresco y cocina romana auténtica.

Este paseo  por los alrededores del Vaticano, podría terminar en lo alto del Castel Sant'Angelo: los meses de Julio y Agosto, su terraza abre al público cada noche con música, actuaciones y muestras para quien quiera tomar una copa o cenar con una de las mejores vistas de la ciudad. Además, sólo durante estas fechas se puede visitar el misterioso "Passeto": un pasadizo secreto que comunica el castillo con el Vaticano, y que fue ideado  para evacuar a los Papas en caso de ataque.

Sin irnos muy lejos, en la zona conocida como Prati (Metro Ottaviano o Lepanto) se encuentran dos must  de la cocina tradicional romana: CACIO E PEPPE (Via G. Avezzana, 11), una sencilla trattoria conocida por preparar los mejores platos de pasta típica romana de la zona:  carbonara, gricia y, como su propio nombre indica, queso y pimienta. IL GALLO BRILLO (Viale delle Milizie,120), una bulliciosa hostaria en la que la hospitalidad de sus dueños es aún mayor que la calidad de sus platos, Y a muy buen precio, por cierto.

Otro de los mayores placeres de Roma es pasear por sus plazas, rodeadas de pintorescas y adoquinadas callejuelas y plazas. En el trayecto entre Piazza del Popolo y Piazza Spagna, a la sombra de la archiconocida Via del Babuino, se encuentra Via Margutta: una maravillosa calle peatonal, sorprendentemente tranquila, repleta de galerías de arte, librerías y pequeños restaurantes. Su carácter bohemio a la par que selecto la convirtió hace unas décadas en el refugio de numerosas personalidades de la cultura italiana, tales como Federico Fellini.

Llegamos a Plaza España; es hora de darse un capricho. En lo alto de la famosa escalinata encontramos el Caffé Ciampini (Piazza Trinita dei Monti). Sus vistas a las azoteas romanas y su cuidada carta te harán sentirte  Audrey Hepburn en "Vacaciones en Roma", Sus precios son un poco más elevados, aunque su atmósfera relajada y elegante realmente lo merece. Para aquellos que sigan prefiriendo un café a pie de calle, siguiendo el camino hacia la plaza del Panteon encontramos el Non Solo Bevi (Piazza di Pietra, 64), conocido por sus deliciosas a la par que extracalóricas combinaciones de café, de las que puedes disfrutar mientras contemplas las ruinas del Templo de Adriano ¡Así es Roma!

Por último, para aquellos que estén dispuestos a desplazarse un poco del centro y quieran disfrutar de la tranquilidad de un entorno increíble salpicado, como no, de historia recomiendo el parque de la Appia Antica: un complejo monumental impactante que rodea a la arteria romana del mismo nombre, y entre cuyos enclaves puede destacarse el Parque de los Acueductos, donde se conservan las imponentes ruinas de los principales acueductos de las épocas romana y papal, al descubierto o bajo tierra. Un entorno idílico y majestuoso, alejado del bullicio e ideal para terminar esta poco ortodoxa visita a la Ciudad Eterna.